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España vive un boom de gasolineras low cost, ¿pero merece la pena el combustible barato?

Las gasolineras independientes, también conocidas como las gasolineras Low Cost, están experimentando un crecimiento imparable en España desde la liberalización del mercado impulsada por la Ley de Hidrocarburos de 2013. Ante este nuevo marco la inauguración de estaciones de servicio «sin bandera» se ha disparado apostando por precios reducidos, lo que unido a la crisis económica ha cambiado por completo las reglas del juego a la hora de llenar el tanque de nuestro coche pero… ¿De verdad nos merece la pena repostar combustible barato? ¿Existe gato encerrado tras la gasolina o el diésel barato?

Repostar en una gasolinera Low Cost en España ofrece un ahorro medio de hasta 0,10 € por litro

Cada 36 horas se abre una nueva gasolinera en España, un dato que nos sirve para hacernos una idea del ritmo de crecimiento que están teniendo las estaciones de servicio en nuestro país. En el año 2016 se crearon en España 241 nuevos puntos de suministro y se superó por primera vez la barrera de las 11.000 gasolineras en España, lo que supuso un crecimiento del 8,5%. El grueso de las nuevas aperturas fueron gasolineras independientes, augurando un año 2017 que parece seguirá la misma senda.

Repsol, BP, Cepsa, Galp y Disa son las grandes afectadas con el crecimiento de las gasolinera Low Cost que ofrecen precios sensiblemente más económicos, gasolina y diésel entre 5 y 10 céntimos más económico que el precio medio del mercado. El boom de las gasolinera Low Cost es más que evidente con un crecimiento del 44% desde 2011, destacando igualmente el crecimiento del 30% de las estaciones de servicio de hipermercados. Aún así, la posición dominante de las grandes petroleras sigue siendo incuestionable con Repsol con un 31,2% de la cuota de mercado, Cepsa con el 13,8% y BP con el 5,71%.

La guerra entre gasolineras convencionales e independientes se centra entonces en los precios y la promesa de mejores resultados a través de los aditivos, lo que nos lleva a preguntarnos una vez más si realmente merece la pena repostar combustible «barato» o por contra ese ahorro se traduce en un combustible de peor calidad. De este modo, lo primero que debemos hacer es aclarar que todos los carburantes que se distribuyen en España están gestionados por CLH (Compañía Logística de Hidracarburos) entidad que suministra a todo el territorio nacional y que cuenta con diferentes lugares de almacenamiento de los carburantes así como de diferentes refinerías que nutren esa red. Por lo tanto, todos los combustibles han de cumplir unos requisitos mínimos que garantizan su calidad para el correcto funcionamiento de las mecánicas. Esto se resume en que no existen carburantes de peor calidad por ser más baratos, sino carburantes con menor presencia de aditivos bajo marca.

Como ejemplo del mar de dudas en el que están sumidos muchos conductores españoles en relación a la calidad de los carburantes, es interesante descubrir que cada vez son más las gasolineras «Low Cost» que muestran abiertamente cual es la compañía que les suministra el combustible para combatir el déficit de confianza de los usuarios. Como ejemplo esta imagen publicitaria de una estación de servicio Eroski.

La diferencia entre los carburantes «baratos» y los del resto de gasolineras abanderadas se basan fundamentalmente en los aditivos que introducen firmas como Repsol, BP, Galp, Cepsa o Disa para ofrecer promesas de mayor poder de limpieza, menor consumo o un mejor rendimiento. Esta diferencia de aditivos es la que a la postre más emplean las grandes petroleras para hacer frente al creciente número de estaciones de servicio Low Cost, a pesar de ello la diferencia de precios también se nutre de otros factores no menos importantes como pueden ser la ausencia de empleados, inversión en publicidad, etc.

Los miedos en tanto al combustible «barato» son completamente infundados, lo que no quita que efectivamente sí podamos repostar combustibles de una mayor calidad o de mejores características gracias a sus aditivos. Los problemas y casos de fraude relacionados con gasolineras suelen esconder prácticas ajenas a la calidad del combustible en origen, lo que nos lleva a otro de los factores más importantes a la hora de repostar que es la confianza en la estación de servicio. Tan importante es la calidad del carburante como lo es su almacenamiento, el transporte o el mantenimiento de los equipos de suministro. Cuando cualesquiera de esos factores falla, cualquier carburante – por bueno que sea – se convertirá en un grave problema para nuestro motor.

Fuente: AOP

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David Clavero

David Clavero comenzó a trabajar en Diariomotor en agosto de 2011, iniciando así una trayectoria que le ha permitido profesionalizar sus dos grandes pasiones, que son el automovilismo y la tecnología en todas y cada una de sus facetas. Seguir leyendo...

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