Genesis es a Hyundai lo que Lexus es a Toyota, una marca premium que quiere consolidarse como una alternativa a los fabricantes premium tradicionales. Aunque su principal foco es el mercado estadounidense – y también el mercado asiático – estamos seguros que poco a poco irá extendiendo su alcance a mercados como el europeo. Para darse a conocer mejor y atraer más clientes lo que Genesis necesita es una imagen llamativa y aspiracional. Y no se me ocurre mejor forma de hacerlo que con coches como el Genesis X, un espectacular y escultural coupé eléctrico.
Hemos de aclarar que por el momento, el Genesis X es solamente un prototipo. Aunque es un coche que podría nunca llegar a producirse, sus soluciones estéticas parecen estar muy cerca de la producción en serie, a excepción de detalles como sus retrovisores futuristas o sus ópticas frontales, cuya legalidad me produce dudas. En cualquier caso, es un vehículo absolutamente espectacular a nivel de diseño. En una era en la que todo son SUV y crossover, que una marca presente un coupé de formato tradicional es un necesario soplo de aire fresco.
De su aspecto quiero destacar, en primer lugar, sus ópticas delanteras. Son de tipo LED y lo curioso es que se extienden por toda la aleta delantera. Una solución estética nunca antes vista en un coche tan cercano a la producción. Del frontal también destacamos la característica calandra de la marca y unos paragolpes cuyas entradas de aire, por algún motivo, nos recuerdan al Alfa Romeo Giulia Quadrifolgio. El perfil lateral del Genesis X es elegante y refinado, de líneas limpias y elegantes, con una línea de cintura claramente marcada.
La elección del color de este prototipo hace que su perfil me recuerde a clásicos británicos de Jaguar y Aston Martin – esa evocación, en mi opinión, es todo un acierto. La zaga también resulta espectacular, con un portón trasero de corte marcado y ligero perfil aerodinámico. Los LED traseros imitan a los delanteros, y aunque el coche no cuenta con tubos de escape, las molduras del difusor nos hacen imaginar su presencia. Por último, tenemos que hablar del puesto de conducción de este GT, que imploramos alcance la producción en serie.
Un puesto de conducción no tan alejado de la realidad, con esculturales asientos deportivos y una completa orientación al piloto. La consola central y la instrumentación digital son envolventes, y la zona del piloto está teñida en cuero marrón, frente al gris del resto de plazas. El volante de dos radios tiene el logotipo central retroiluminado, con gusto y elegancia. A nivel técnico, lo único que sabemos es que será un coche eléctrico, posiblemente construido sobre la plataforma modular E-GMP del Grupo Hyundai-KIA.
Y eso son grandes noticias: su arquitectura modular permitiría instalar una batería de gran tamaño bajo el habitáculo y montar uno o dos motores eléctricos, logrando propulsión total o de dos ruedas motrices. Este prototipo demuestra que es posible construir coches eléctricos que emocionen a los petrolheads, que ven cómo el mercado avanza sin remedio hacia una distopía de crossover eléctricos ultraconectados y plagados de asistentes a la conducción.
Fuente: Genesis