Según datos facilitados por la Dirección general de Tráfico en 2021, las distracciones al volante se han cobrado la vida de más de 300 personas cada año hasta la citada fecha: la más habitual entre ellas es utilizar el teléfono móvil. Un problema que no es exclusivo de España: es extensible al resto del planeta. Consciente de ello, Google no quiere que los conductores usen su tecnología de manera irresponsable y ha desarrollado una patente para ello.
En 2019, Gonvarri y Movistar presentaron el estudio ‘Españoles al volante, distracciones y uso del móvil’ en el que desvelaban cómo los conductores usan el teléfono mientras conducen: un 86% confesaba haber buscado información y un 85% afirmaba haber escrito un WhatsApp. El 84% había leído las noticias, el 83% había hecho fotos y un 82% había grabado vídeos. El 38% de los encuestados apuntaba que su despiste se debía al manejo del GPS.
Sólo navegación
Esta herramienta es la protagonista de la última patente de Google, descubierta por Autoevolution. Actualmente, muchos dispositivos como teléfonos y relojes inteligentes tienen un modo de conducción que silencia las notificaciones: se puede personalizar y, también, se puede desactivar. Algo que el gigante tecnológico quiere evitar.
Para ello ha presentado una patente para una tecnología que deshabilitaría, mientras estamos conduciendo, todas las funciones que no son esenciales para la navegación: la ha bautizado ‘Sistemas, dispositivos y métodos para controlar el funcionamiento de pantallas portátiles durante el funcionamiento del vehículo’. Cubre, además, una amplia gama de productos: desde teléfonos hasta los ‘smartwatch’ sin olvidar las gafas inteligentes.
Así funcionará el bloqueo
A través de unos sensores integrados, el sistema central podría determinar si el usuario está conduciendo un vehículo y cuando habla de “vehículo” no se refiere solamente a los coches: incluye, también, motos, bicicletas e, incluso, helicópteros.
Cuando comienza el movimiento, esos sensores avisan al sistema y el acceso a la pantalla se restringe, automáticamente, impidiendo el uso del dispositivo en cuestión hasta que se detenga la marcha. Durante el trayecto únicamente se mostrarán los servicios de navegación y, según la patente, el conductor podrá eliminar el bloqueo en algunos casos determinados.
Google cree que puede averiguar quién conduce con los datos del usuario: por eso una parte de la patente está basada en el procesador. No obstante, este será uno de los flecos que deben pulir porque el modo de conducción de algunos dispositivos no es capaz de distinguir si eres el conductor o el pasajero: algo que ocurre, por ejemplo, con los iPhone.
Comandos de voz
Los comandos de voz jugarán un papel fundamental porque permitirá al conductor interactuar con el móvil cuando la pantalla esté bloqueada y sólo muestre la navegación. Esto no supondría ninguna novedad, puesto que ya es posible establecer un nuevo destino, cambiar de canción o realizar una llamada enviando una orden de voz al teléfono.
En este sentido, tanto Google como Apple han actualizado sus asistentes para mejorar sus capacidades a la hora de reconocer la voz. Cuando Google está integrado en el propio coche, Android Auto ya puede controlar más funciones incluyendo, por ejemplo, la climatización. Una función similar estará disponible en CarPlay cuando se lance la última versión este año.