Hoy se confirmaba un movimiento que, pese a que ya sabíamos a ciencia cierta y desde hace unas semanas se acabaría produciendo, no ha sido oficial hasta esta mañana. Opel entra en el Grupo PSA y se convierte en su nueva marca, junto con Citroën, Peugeot y DS. La llega de Opel nos deja con muchas incógnitas, ya no solo por el futuro que le espera a la gama de productos Opel, sino sobre todo por el futuro de las fábricas del Grupo PSA en España. Con la llegada de Opel, el Grupo PSA se convertirá en el primer productor de vehículos de España. Y eso significa que la producción de las factorías españolas será muy sensible a cualquier movimiento que se produzca en los próximos años para hacer de Opel una marca rentable.
Las cifras del Grupo PSA en España son sencillamente brutales. La factoría de PSA en Vigo es la segunda, tras la de SEAT en Martorell, en la que más vehículos se produjeron el año pasado en España. Con más de 420.000 unidades, que además de turismos, de la gama Citroën C4 Picasso, Citroën C-Elysée y Peugeot 301 – este último íntegramente para su exportación – se correspondieron en su mayoría con vehículos comerciales, los Citroën Berlingo y Peugeot Partner. La fábrica de Villaverde completaría la producción del Grupo PSA en 2016, con el Citroën C4 Cactus, haciendo que esta superase el medio millón de vehículos.
Tras las fábricas más importantes, por volumen, de España, tras la de SEAT en Martorell, la de PSA en Vigo, y la de Ford en Almussafes, nos encontraríamos con la fábrica Figueruelas, que en 2016 produjo más de 355.000 vehículos. En Figueruelas se fabrican los modelos Opel Corsa, Opel Meriva y Opel Mokka X hasta que se produzca una nueva reestructuración de la producción que, de llevarse a cabo tal y como se anunció el pasado mes de diciembre, hará que el relevo del Opel Mokka X se marche a Eisenach (Alemania) y Figueruelas mantenga el Opel Corsa y acoja la producción del relevo del Opel ADAM.
Muchos y complicados retos para el futuro de PSA y sus fábricas en España
Aunque a priori no deberían producirse grandes cambios a corto plazo en la producción en España del Grupo PSA, que por las cifras del año pasado suponen ya un volumen anual próximo a los 900.000 vehículos, está claro que el Grupo PSA tendrá que afrontar numerosos retos. El primero, y el más evidente, tendría que ver con el plan a largo plazo para hacer que Opel sea rentable y complemente a Citroën, Peugeot y DS sin que se produzca un solapamiento de sus productos. Recordemos que Citroën ha apostado por una gama más juvenil y económica, Peugeot por una visión del producto de generalista de calidad y DS por un producto con un enfoque más premium. La gama Opel bien podría inscribirse en algún lugar próximo a Peugeot, o incluso DS. Es de suponer que en las marcas del nuevo Grupo PSA se producirán cambios importantes y a largo plazo en la planificación de producto, de manera que habrá turismos que dejen de fabricarse, o reconfiguren su concepto.
No será el único reto que afronte el Grupo PSA y la industria del automóvil en España, en general, derivado sobre todo de la incertidumbre política. Reino Unido es el tercer mercado, por volumen de exportaciones, tras Francia y Alemania, que recibe más vehículos fabricados en España. Y Vauxhall, el equivalente a la Opel continental en Reino Unido, habría llegado ya a representar cerca de un tercio de las ventas totales de Opel y Vauxhall. De manera que la evolución de las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea tras el Brexit será crucial para el Grupo PSA en los próximos años.
Por no hablar de la incertidumbre política en el resto de Europa y más concretamente en Francia, donde el ascenso de partidos que abogan por la ruptura con la Unión Europea, y un mayor proteccionismo, como ya está sucediendo en Estados Unidos con la llegada de Trump, de nuevo pondrán a prueba la estrategia industrial de PSA que a la larga tanto habría beneficiado a España.
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