En 2016 se vendieron 1.147.007 turismos en España. Según las previsiones del sector, y cifras que nos ha proporcionado FACONAUTO – federación de asociaciones de concesionarios – en 2017 y 2018 se espera que el volumen de matriculaciones alcance 1.209.587 unidades y 1.222.505 unidades, respectivamente, asumiendo un crecimiento interanual del 4,8% en 2017 y del 1,1% en 2018. Es lógico pensar que con tal volumen de ventas, como el que representan los coches en España, y su valor, cualquier aumento en el gravamen supondría un aumento importante para la recaudación de las arcas públicas. De ahí que unas declaraciones de Cristóbal Montoro, Ministro de Hacienda, acerca de la posibilidad de endurecer el Impuesto de Matriculación, hicieran saltar todas las alarmas. Ver noticia y comentarios en Menéame.
Cristóbal Montoro se refirió concretamente al hecho de que la fiscalidad del automóvil «pueda y deba ser renovada». Y el impuesto más socorrido que podría modificarse para revisar esa fiscalidad, y que además compete directamente al Ministerio, no es otro que el Impuesto de Matriculación.
Recordemos que actualmente las ventas de automóviles nuevos en España están gravadas directamente con el IVA, el impuesto sobre el valor añadido con que están gravados todos los bienes de consumo, y que actualmente es de un 21%. Y también están gravadas con un Impuesto de Matriculación directamente dependiente de las emisiones de CO2 homologadas por el vehículo.
La revisión de esta fiscalidad iría enfocada precisamente, siguiendo el objetivo que tenía hasta ahora el Impuesto de Matriculación, a que esta favorezca la adquisición de vehículos más eficientes.
En estos momentos, los vehículos con emisiones inferiores o iguales a 120 g/km de CO2 están exentos de pagar el Impuesto de Matriculación. Por encima de esa cifra, y hasta 160 g/km de CO2, están gravados con un 4,75%. Por encima de esta cifra, y hasta 200 g/km de CO2, inclusive, están gravados con un 9,75%. Por encima de los 200g/km de CO2 están gravados con un 14,75%.
La gran mayoría de los automóviles que se venden en España están exentos del Impuesto de Matriculación por no alcanzar los 120 g/km de CO2. En 2016, el 75,9% de los turismos matriculados en España no llegaron a los 120 g/km.
De ahí que el Ministro ya esté planteando la posibilidad de modificar este impuesto. Mientras tanto, diferentes voces del sector siguen abogando por una fiscalidad en la que la utilización del automóvil, y no su adquisición, tenga más importancia a la hora de gravar a nuestros coches.
Aunque las declaraciones de Montoro pusieran de relieve la intención de modificar el Impuesto de Matriculación, nuestro colega Félix García de Expansión publicaba que fuentes del Ministerio han negado que se vaya a modificar esta tasa. En cualquier caso, el Impuesto de Matriculación es un gravamen que muy probablemente debería renovarse, en tanto ha quedado obsoleto con el paso de los años.
Según la consultora MSI, si el tramo de exención se redujera hasta los 90 g/km de CO2, estarían gravados con el Impuesto de Matriculación cerca de 830.000 automóviles que en 2016 estuvieron exentos por situarse en el tramo entre 90 g/km y 120 g/km. Lo que supondría una recaudación de hasta 630 millones de euros.
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