Las células de combustible alimentadas por hidrógeno se están planteando como una alternativa realmente seria a los vehículos 100% eléctricos, especialmente en aplicaciones comerciales e industriales. Los primeros vehículos de producción alimentados por hidrógeno del Grupo Stellantis serán las furgonetas Citroën Jumpy, Peugeot Expert y Opel Vivaro, en sus versiones de carga. Serán la punta de lanza de una apasionante tecnología que combina la célula de combustible de hidrógeno con una batería que actúa como buffer y extensor de autonomía.
¿Cómo funcionan las furgonetas de pila de combustible de Stellantis?
En primer lugar, lo que habéis de saber es que la propulsión de estas furgonetas es 100% eléctrica, como ocurre con otros vehículos de pila de combustible de hidrógeno: combinando el hidrógeno almacenado en los tanques de alta presión del vehículo con el aire, se produce en la célula de combustible una reacción química cuyos productos son electricidad y vapor de agua. La electricidad es usada para mover un motor eléctrico, conectado a las ruedas delanteras del vehículo. La novedad en esta ocasión es la participación de una batería de iones de litio.
Los coches de pila de combustible – como el Toyota Mirai, por ejemplo – suelen contar con una batería de pequeñas dimensiones, que almacena la energía recuperada en deceleraciones y frenadas, y actúa como «buffer», como punto intermedio entre la pila de combustible y el motor eléctrico, suministrándole energía directamente. En el caso de las furgonetas de Citroën, Opel y Peugeot, esta batería es la misma batería de 10,5 kWh de los híbridos enchufables del Grupo Stellantis – coches como el Peugeot 3008 Hybrid o el Citroën C5 Aircross Hybrid.
Esta batería es la que suministra energía directamente al motor eléctrico durante los primeros metros tras ponerse en movimiento, y es la que combina su potencia de 90 kW (122 CV) con la potencia de 45 kW (61 CV) de la célula de combustible cuando se requiere una aceleración intensa. En el resto de circunstancias, especialmente a velocidades de crucero, es la célula de combustible la que acciona directamente el motor eléctrico, «bebiendo» energía de tres grandes tanques tubulares de hidrógeno, con una capacidad combinada de 4,4 kilos.
La batería también actúa como «reserva» cuando agotamos el hidrógeno de los tanques, permitiéndonos recorrer unos 50 km adicionales. La autonomía total de estas furgonetas será de 400 km según el ciclo WLTP. Entre sus ventajas, la recarga con hidrógeno demora solamente 3 minutos, frente a la carga de las baterías, que demorará algo menos de dos horas a una potencia de 6,6 kW – algo a lo que tendrán que someterse de forma ocasional estas furgonetas. Otra ventaja de esta tecnología es que retiene inalterado el volumen de carga inferior.
Alojando la batería bajo los asientos delanteros se aseguran de no mermar el volumen de carga, con una capacidad de carga máxima de 1,1 toneladas – similar a sus versiones térmicas. Estas furgonetas tienden un puente muy interesante entre los vehículos de alimentación pura por hidrógeno y los vehículos eléctricos, especialmente útil mientras la red de hidrogeneras crece en número de estaciones. Es la solución que Europa necesita, y aseguran que estarán circulando por nuestras carreteras para finales del presente año 2021.