El último motor fabricado por Ferrari para no ser nunca usado en un Ferrari esconde una curiosa historia tras de sí. Siendo uno de los mejores propulsores gasolina de nuestra era, en realidad estamos ante un motor con múltiple personalidad, que deriva de una familia ilustre y que aún hoy es posible comprar en algunos coches… aunque no por mucho tiempo. Es por ello por lo que hoy vamos a conocer la historia y peculiaridades de uno de los mejores V6 jamás diseñados por Ferrari, aunque nunca fabricado en Maranello.
Creado por Ferrari para nunca ser usado por Ferrari
Debemos remontarnos a 2013 para poner un punto de origen a esta historia. La por entonces FCA tenía un último encargo para Ferrari antes de que se materializase su total independencia, una suerte de broche de oro en forma de propulsor gasolina, para así garantizar el que en FCA quedase una mecánica con el suficiente poderío para hacer realidad los sueños húmedos que de tanto en tanto surgían en Alfa Romeo y Maserati. La presentación oficial de esta mecánica se produciría en 2015, con el descubrimiento del nuevo Alfa Romeo Giulia y su variante Quadrifoglio Verde.
Maserati MC20
Realizado el encargo, los ingenieros de Ferrari se pusieron manos a la obra, creando un motor V6 a partir de la familia V8 F154, esa misma familia que ha impulsado a coches como el Ferrari F8 Tributo, amén de otros muchos deportivos del cavallino. Resumiendo mucho el proceso, Ferrari se limitó a extirpar dos cilindros del bloque 3,9 V8 Twin-Turbo, permitiendo de este modo simplificar el diseño y el desarrollo del seis cilindros, aunque manteniendo aún así un alto nivel de rendimiento gracias a las características con las que este motor contaba y podría contar en el futuro. Su producción jamás sería llevada a cabo en la factoría de Maranello, motivo por el cual este V6 no es considerado como un motor 100% Ferrari.
Curiosamente, este motor V6 nada tenía que ver con los 3.0 V6 Twin-Turbo que sí eran fabricados por Ferrari para Maserati por aquel entonces, motores que de hecho guardaban cierto vínculo con los motores Pentastar de Chrysler, ya que los bloques se fabricaron en la misma factoría de Trenton, Estados Unidos. Estos motores, con bancada a 60º y configuración de doble turbocompresor, han sido usados por los modelos Ghibli, Quattroporte y Levante con hasta 460 CV, pero por alguna razón aún no confirmada, fueron descartados de cara a dar vida a una evolución más prestacional.
La decisión salomónica de Ferrari
Es por ello por lo que en Ferrari decidieron crear un nuevo V6, aunque fuese partiendo de un V8. Con una cilindrada de 2,9 litros, 90º entre bancadas y doble turbocompresor, nacía el propulsor 690T de Alfa Romeo, un corazón sumamente esperado en la marca como heredero espiritual de los míticos V6 Busso, pero siendo capaz de desarrollar 510 CV y 600 Nm para dar vida a los Giulia y Stelvio Quadrifoglio. De hecho en evoluciones posteriores, el 690T de Alfa Romeo ha alcanzado los 520 CV (GTA y GTAm), 540 CV (Giulia SWB Zagato) y 620 CV (33 Stradale).
Pero he aquí otra de las grandes curiosidades en toda esta historia, y es que el motor 690T tendría un pariente muy cercano en Maserati, bautizado como Nettuno, y que, si bien fue presentado como un motor de diseño 100% Maserati, lo cierto es que en realidad sí que existía un estrecho vínculo con el 6 cilindros de Alfa.
El motor Nettuno, con 3 litros de cilindrada, pero idéntica configuración y muchos componentes en común, debemos entenderlo como una evolución del 690T para introducir una culata que sí que es específica de Maserati, destacando en ella el rediseño de la cámara de combustión para hacer uso de una precámara y e inyección dual, consiguiendo así elevar el rendimiento y eficiencia de la mecánica a su máximo nivel.
El resultado de este rediseño permitió al propulsor Nettuno de Maserati alcanzar los 630 CV y 730 Nm en el Maserati MC20, modelo en el que fue estrenado este propulsor, pero desvelando tiempo después su faceta más prestacional en manos del Maserati MCXtrema con 740 CV.
Por lo tanto, partiendo de uno de los mejores motores de ocho cilindros fabricados por Ferrari en toda su historia y aún en fabricación, no sólo se ha logrado dar vida a un excelso V6 en Alfa Romeo, sino a un incluso todavía más excelso V6 en Maserati. Y todo ello compartiendo un estrecho vínculo que hará que todas estas mecánicas, en algún momento, sean consideradas verdaderas obras de arte… si es que no lo son ya.
