En 1980 nace el Fiat Panda, como hermano mayor del Fiat 126 y hermano pequeño del Fiat 127. Concebido por el genial Giorgetto Giugiaro y nacido en plena crisis del petróleo, el Panda (comercializado en España con pequeñas modificaciones bajo marca SEAT) es un icono del diseño industrial moderno y el último gran hito de la marca italiana hasta nuestros días. El Fiat Topolino de 1936, el Fiat 500 de 1957 y el Fiat Panda de 1980 son el trinomio que ha definido desde Italia el concepto de coche utilitario básico del S.XX para toda Europa.
De la genialidad de su diseñador, Giugiaro, dan testimonio otras creaciones como el BMW M1 (1977), el Audi 80 (1978), el Lancia Delta (1979) o el SEAT Ibiza I de 1984, entre otros muchos modelos emplemáticos que creó durante décadas. Con todo, me atrevería a decir que el Fiat Panda bien podría considerarse su obra cumbre.
El diseño del Fiat Panda: el ahorro de costes como razón de ser
Fiat Panda
El Fiat Panda fue concebido para ser, ante todo, barato, en una época en la que los precios del petróleo acababan de dar su primer gran susto a la economía mundial. Esta necesidad obliga a adoptar las soluciones más simples y llegar al vehículo más robusto y ligero posible sin perder funcionalidad. Y justo ahí está el Panda.
Una carrocería de 3 puertas es más barata, más fácil de construir y más rígida que una de 5 puertas, un limpiaparabrisas es más barato que dos, un asiento trasero constituido por dos barras y una lona es más barato que uno acolchado, unos tiradores de puertas con la manilla integrada en una sola pieza son más baratos que dos piezas separadas, una guantera sin tapa es más barata que una con tapa, los cristales planos son más baratos que los curvos… así está hecho el Fiat Panda, estudiando elemento a elemento y eliminando o simplificando hasta el último tornillo.
Con dieta extrema de ingeniería, que se extiende también a sus mecánicas, se consigue también un coche pequeño y muy ligero (650 kg para la versión bicilíndrica), que será la clave a su vez para un consumo muy bajo, uno de sus objetivos últimos.
Si quieres puedes echar un vistazo a este catálogo original del Fiat Panda, de 1980
Las claves estéticas del Fiat Panda
Las señas de identidad del Fiat Panda son fáciles de identificar.
La primera es el frontal de faros cuadrados, intermitentes grandes de color naranja y esa magnífica calandra de 19 ranuras verticales troqueladas en la chapa al más puro estilo Jeep. Esta calandra vertical en el lado derecho acompañada del anagrama de Fiat a la izquierda, es una de esas soluciones geniales que sólo se ven muy de vez en cuando. La razón es la asimetría que genera, algo muy poco corriente en un frontal y un riesgo que muy pocos diseñadores están dispuestos a asumir.
En esa calandra reside gran parte de su personalidad, hasta el punto de que las versiones con parrilla convencional (como el SEAT Marbella) perdieron gran parte de su encanto.
Otra nota dominante en su diseño es la utilización de una defensa perimetral integrada en los 4 costados del coche. Las defensas integradas en la carrocería acababan de ser inventadas con el Renault 5 de 1972 y en 1980 empezaban a generalizarse, pero el Panda va un paso más allá aplicándolas a todos los frentes del coche, generando una superficie de plástico defensivo tremendamente útil, como si se tratase de un barco.
Las defensas perimetrales eran tan útiles para evitar toques de aparcamiento y golpes en las puertas que los fabricantes tuvieron que hacerlas desaparecer para seguir haciéndonos pasar por el taller de chapa y pintura con frecuencia. Arruinaban el negocio. Luego llegarían las absurdas defensas pintadas en el color de la carrocería que hoy en día son casi inevitables, y con ellas los coches permanentemente rayados.
En su forma general de dos volúmenes claramente marcados, los cristales son planos como las ventanas de una casa. Esto le confiere también un carácter distintivo como a todos los coches que adoptaron esta vetusta y económica solución cuando ya era posible técnicamente fabricar cristales curvos. Encontramos en esta categoría de cristales planos y fabricación moderna al Land Rover Defender, al Renault 4, al Mercedes Clase G o al Lada Niva.
Todos ellos son coches basados en diseños muy antiguos que han perdurado en el tiempo más o menos intactos (el Clase G y el Lada aún se venden nuevos en el momento de escribir estas líneas). Desde un punto de vista aerodinámico es una solución terrible, pero de ella se deriva una estética cuadrada y básica que resulta muy agradable y llena de personalidad, además de ser los cristales más baratos de fabricar y más fáciles de remplazar en cualquier país del mundo.
Interiormente, el salpicadero es un gran bolsillo abierto que va de lado a lado del coche a modo de estante, incluso por debajo del diminuto cuadro de mandos (apenas una caja de plástico con todos los indicadores y botones concentrados). Un cenicero móvil y extraíble pone la guinda al pastel, configurando el interior más básico y funcional que cabe imaginar.
Por último, como suele suceder, cuando la función se impone por completo y la estética queda relegada a un segundo plano es cuando suelen salir los diseños más atractivos e intemporales. Hay muchos clásicos que demuestran esta teoría, como cualquiera de los mencionados anteriormente y otros más como el Citroën 2 cv, un vehículo puramente funcional, o el Jeep Willis original, un vehículo de guerra cuya estética se utiliza todavía hoy como punto de partida e inspiración para toda la gama Jeep. Nadie pensó en que fueran bonitos, por eso se convirtieron en diseños intemporales.
La funcionalidad del Fiat Panda: otra lección de diseño
Por el lado de la funcionalidad, un pequeño análisis del coche da los mismos resultados: el asiento trasero de lona se puede eliminar con toda facilidad, o reclinar para convertirlo en cama, combinado con los asientos delanteros hasta formar una superficie plana y relativamente mullida, las ballestas de la suspensión trasera son sencillas, indestructibles y capaces de soportar cualquier carga, las cerraduras de botón sin tirador exterior, la rueda de repuesto en el vano motor liberando un valioso espacio en el maletero… todo en el Fiat Panda es esencial, hasta el último detalle.
Un detalle importante del Panda era también su versatilidad interior. El asiento trasero podía situarse en 7 posiciones diferentes anclando sus barras transversales en diversos puntos prefijados en los paneles laterales. Podía formarse una cama, como ya hemos explicado, pero también una cuna con el asiento suspendido, reclinar el respaldo, plegarlo totalmente hacia adelante o incluso eliminar la tela del asiento y quedarse únicamente con las barras.
De todas sus posibilidades y características da buena cuenta el siguiente publirreportaje de 15 minutos, en el que además del coche podemos observar la estética de la época y el lenguaje publicitario de los primeros 80. Mi escena favorita es esa en la que un señor mayor se presenta en una boda al volante de un Panda con un ternero (vivo) en el maletero del coche. En general, no tiene desperdicio.
El maletero del Panda contaba con 272 litros de capacidad, que podían llegar hasta los 984 litros eliminando el asiento posterior y convirtiéndolo en una pequeña furgoneta. Para redondear su practicidad, las fundas de los asientos eran extraíbles y lavables en la lavadora.
Los grandes diseños son aquellos en los que ya no se puede eliminar ni simplificar nada más, y en esa categoría es donde entra de lleno el Panda. Es también un coche para el que Fiat no ha sido capaz de lograr mejor sucesor hasta nuestros días que su propia reedición en el Panda actual, algo que también le sucede al Fiat 500 original, tal es la genialidad y el carisma de ambos modelos.
Las versiones del Fiat Panda original
En el momento de su lanzamiento en Italia, el Fiat Panda contaba con dos versiones, el Panda 30 (comercializado sólo en Italia) y el Panda 45, de los que resumimos aquí sus principales características:
Características | Panda 30 | Panda 45 |
---|---|---|
Cilindros | 2 | 4 |
Cilindrada | 652 cm3 | 903 cm3 |
Refrigeración | Aire | Agua |
Potencia máx | 30 cv a 5.500 rpm | 45 cv a 5.600 rpm |
Par máx | 41 Nm a 3.000 rpm | 64 Nm a 3.000 rpm |
Vel.máxima | 115 km/h | 140 km/h |
Consumo a 90 km/h | 5,0 l/100km | 5,8 l/100km |
Longitud | 3.380 mm | 3.380 mm |
Masa (DIN) | 650 kg | 680 kg |
En Francia, Alemania, Holanda y Austria el modelo básico era el Panda 35, con motor de 4 cilindros y 850 cm3. En España el Panda se vendió como SEAT, con la misma mecánica básica de 850 cm3. El Fiat Panda 30 fue, por tanto, una versión de consumo interno para Italia.
En los 23 años de fabricación, el Fiat Panda fue protagonista de numerosas series especiales en las que la decoración exterior y algunos detalles interiores generaban una estética ligeramente diferenciada. Sin embargo, el Panda siguió siendo esencialmente el mismo coche durante todo ese periodo, convirtiéndose en el clásico que es hoy en día.
Las excelentes aptitudes camperas del coche invitaron a Fiat a lanzar también una versión con tracción 4×4 en 1983. El Fiat Panda 4×4 se convertiría en el primer vehículo del segmento A en incorporar tracción integral.
La motorización diésel llegaría en 1986, convirtiendo al Panda en pionero en incorporar este tipo de mecánica en su segmento. Para entonces SEAT ya no podía fabricar modelos Fiat, por lo que el SEAT Panda diésel jamás vería la luz en nuestro país.
El SEAT Panda (1980 – 1986) y el SEAT Marbella (1986 – 1998)
La versión española del Fiat Panda fue el SEAT Panda, ya que en aquel momento SEAT tenía todavía licencia para fabricar modelos Fiat en nuestro país. El SEAT Panda y el Fiat Panda son como dos gotas de agua tanto exterior como interiormente, si bien el modelo básico para España fue el SEAT Panda 35, con motor de 4 cilindros, 32,5 cv y 850 cm3, extraído directamente del SEAT 850. El bicilíndrico italiano nunca salió de las fronteras de su país de origen.
Estéticamente, el Panda contaba con tres versiones denominadas Bavaria, Montaña y Marbella, cubriendo los diferentes frentes de modelo básico, campero y lujoso respectivamente.
En su anuncio para España y bajo el lema «Amigo para todo», el Panda no deja lugar a dudas de su carácter rural.
El SEAT Panda se fabricó en nuestro país entre 1980 y 1986, año en el que la ruptura de los acuerdos con Fiat obligó a la marca española a introducir «modificaciones sustanciales» en el diseño interior y exterior para poder seguir comercializando lo que esencialmente seguía siendo un Panda. El SEAT Marbella se distingue fácilmente del Panda, ya que sus ópticas delanteras y traseras, el ángulo de su frontal, su parrilla y la forma de las defensas son claramente diferentes.
El SEAT Panda tuvo un curioso derivado industrial, denominado SEAT Trans, que venía a ser un Panda al que se había acoplado una enorme caja en su mitad posterior para convertirlo en una furgoneta ligera. La configuración de la suspensión trasera mediante eje rígido y ballestas lo hacía ideal para soportar el trato más duro, y fue un modelo de gran popularidad.
Con la conversión del Panda en Marbella llegó también la conversión del SEAT Trans en SEAT Terra, incorporando todos los cambios que se habían aplicado al Marbella también a la furgoneta.
El Fiat Panda: un mito insuperado
Tras este recorrido por la historia del Fiat Panda, cabe hacerse la reflexión sobre su legado y sus sucesores y mucho me temo que el Fiat Panda representa un punto álgido en la historia de Fiat que hasta hoy no ha sido superado por ninguno de sus sucesores.
En un escalón inferior estaría su contemporáneo Fiat 126 y los posteriores Fiat Cinquecento / Seicento, ninguno de los cuales pasará a la historia del automóvil. En un escalón superior estaría su contemporáneo Fiat 127 y los sucesivos Fiat Uno y Fiat Punto, otra saga de vehículos prácticos y baratos, pero a un abismo de distancia del carisma y la personalidad del Panda.
Por último, el Panda cuenta con su propia línea sucesoria hasta nuestros días, ya que en 2003 se empezaría a producir en primer panda «moderno», muy basado estéticamente en el original, y en 2011 saldría al mercado la actual generación del Fiat Panda, la tercera, sin duda el más digno sucesor de aquel primero de 1980.
Por su parte, el actual Fiat 500 comparte plataforma y mecánicas con el Panda, pero intercambiando practicidad y habitabilidad por una buena dosis del mejor diseño italiano. Es un coche que ha tenido mucho éxito, pero se aleja profundamente del Panda original al que no pretende imitar sino más bien distanciarse de él hacia el terreno más chic.
Catálogo original del Fiat Panda, de 1980