Con el estallido de los SUV a nivel global, una vez ya se habían popularizado en Estados Unidos, ciertos fabricantes se lanzaron a crear conceptos o formatos híbridos basados en «todocaminos». Unos, con aspecto de coupé, tuvieron mucho éxito. Otros, con 3 puertas y carrocería descapotable, corrieron bastante peor suerte. Este último caso es el del Nissan Murano CrossCabriolet, considerado el decano de su clase, y este artículo busca repasar su corta, triste y curiosa historia.
Nissan Murano CrossCabriolet: 13 años de un capricho que no funcionó ni en EE.UU.
Aunque actualmente, en la industria automovilística, cualquier inversión se mide con cuentagotas, hace algo más de una década los proyectos más atrevidos se estudiaban e incluso se llevaban a la práctica con mucha más facilidad. Si bien su desarrollo empezó antes, Nissan lanzó al mercado norteamericano el Murano CrossCabriolet en 2011 en vista de la buena acogida que había tenido la segunda generación de este producto con carrocería convencional, es decir, cerrada y con 5 puertas, no convertible y con sólo 3.
De hecho el Murano fue un estupendo coche (aquí te recomendamos su compra de segunda mano) desde sus inicios. Pero este experimento, con una variante desconocida hasta el momento en el sector, no cuajó entre los yanquis como los japoneses creían y eso que se supone que eran los mejores consumidores para adoptar una nueva tendencia. Fue un coche caro, con un diseño extraño, además de peor insonorización y dinámica.
Evoque y T-Roc, a rebufo de un descalabro
Como resultado, el Murano CrossCabriolet pasó a la historia como el mayor fiasco de Nissan en el siglo XXI: muy pocas ventas y aún menos a este lado del Atlántico, donde se importaron algunas unidades que hoy incluso están un poco cotizadas, fruto de su rareza. Más allá de un potente motor V6, sus proporciones no gustaron, al igual que su merma de practicidad, propia de un “cabrio”.
Sin embargo, dicen que «el humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra» y esto se cumplió con la posterior comercialización del Range Rover Evoque Convertible y, después, del Volkswagen T-Roc Cabrio. Fueron dos automóviles con precios elevados y una pobre aceptación por parte de un cliente que buscaba versatilidad.
Volúmenes arriesgados, maleteros pequeños, pérdida de una plaza posterior, menor rigidez torsional o mayor peso neto eran algunos de los puntos débiles de un par de modelos cuyos fabricantes no aprendieron absolutamente nada del periplo de Nissan con su idea tan diferente, pero poco afortunada.