Si bien los lazos entre McLaren y los motores japoneses son sobradamente conocidos, la historia que nos ocupa hoy nada tiene que ver con Honda y su palmarés en Fórmula 1. La McLaren que fabrica coches de calle tiene un secreto para muchos desconocido, un curioso vínculo con uno de los coches mas icónicos y exclusivos que se fabricaron para correr en Le Mans con un V8 concebido por Nissan.
Cuando McLaren decidió convertirse en un fabricante de coches de gran volumen allá por 2011, para hacerlo necesitaba contar con un propulsor capaz de cumplir en todos y cada uno de los coches que planteaba producir. Así, ante la necesidad de dar vida a una mecánica capaz de impulsar al MP4 12C, pero también al posterior P1 como primer híbrido enchufable de la casa, McLaren decidió ponerse en manos del especialista británico Ricardo.
Ricardo es una firma británica de gran reputación y experiencia a la hora de hablar de ingeniería, siendo responsable de grandes proyectos que han triunfado dentro y fuera de los circuitos. Así las cosas, Ricardo entendió el objetivo de McLaren para el que debía ser su primer motor propio, pues sus anteriores coches habían estado propulsados por mecánicas pertenecientes a otras firmas: McLaren F1 (con V12 de BMW Motorsport) y Mercedes SLR McLaren (con un V8 de Mercedes-AMG).
Cuando Ricardo se puso manos a la obra para dar vida al 3.8 V8 Twin-Turbo – ahora es ya un 4 litros -, en lugar de partir de una hoja totalmente en blanco, decidió emplear un diseño conocido y del que ya acumulaba bastante experiencia, un motor V8 Turbo de origen Nissan (VRH35L) que fue desarrollado para los Grupo C de resistencia como el R90CK que consiguió el récord de velocidad de 366 Km/h en La Sarthe y que tuvo su última evolución en el R390 GT1.
Este superdeportivo, desconocido para muchos, aunque toda una leyenda para los fans de Gran Turismo, fue creado originalmente con la intención de correr en la categoría GT1 de resistencia, siendo a su vez un proyecto basado en el Jaguar XJR-15 desarrollado por TWR, que a su vez también era en realidad una suerte de versión de calle del Jaguar XJR-9 que ganó en Le Mans en 1989.
De esta forma, aunque Ricardo ha trabajado y evolucionado mucho el diseño original de aquel motor de ocho cilindros de origen nipón, en cierto modo podemos decir que en los V8 de la McLaren moderna aún queda cierto ADN de los mejores Nissan de carreras, una herencia de la que muy pocos pueden presumir.
Imagen Nissan R90CK (RM Sotheby’s)