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Este coche del que jamás habías oído hablar fue el primer todocamino de Skoda (y uno de los primeros del mundo)

¿Cuál ha sido el primer SUV de Skoda? Podríamos pensar que se trata del Skoda Yeti, lanzado al mercado a finales de la pasada década. Cuando el Yeti llegó al mercado la marca checa lo vendió como su primer SUV, un coche polivalente con ciertas capacidades todoterreno, que se sentía más cómodo dentro del asfalto. Sin embargo, el desconocido Skoda Trekka del año 1966 es el verdadero primer SUV de la marca. Un desconocido y exótico todoterreno, que fue diseñado y ensamblado en Nueva Zelanda, a partir de piezas procedentes de un Skoda Octavia checo. Esta es su rocambolesca y estrambótica historia.

Skoda Trekka, diseñado en Checoslovaquia, ensamblado en Nueva Zelanda

Aunque era una empresa situada tras el «telón de acero», Skoda operaba de forma relativamente independiente, sin tantas presiones como otras empresas de la economía planificada. De hecho, en 1956 firmó un acuerdo de cooperación con la empresa neozelandesa Motor Industries International, un acuerdo en el que suministrarían sus coches en kits CKD. Estos kits se enviaban desde Checoslovaquia a Nueva Zelanda, donde eran ensamblados localmente. De esta manera, el importador neozelandés evitaba pagar carísimos aranceles, y Skoda vendía sus coches en un mercado para ellos inexplorado.

En 1970, Skoda inició un proyecto similar en Pakistán, vendiendo localmente un todoterreno construido a partir de un turismo

Vista trasera y lateral del Skoda Trekka en un contexto histórico aeronáutico.

La buena marcha comercial de los kits CKD ensamblados por Motor Industries International motivaron a ambas partes a desarrollar un producto más ambicioso. Un producto más adaptado al mercado local, donde las carreteras daban paso a caminos y pistas en gran parte de su geografía. Necesitaban un producto más robusto, sin miedo a salir del asfalto. El diseñador neozelandés George Taylor y el jefe de desarrollo de carrocerías de Skoda – el conocido Josef Velebný – pergeñaron entre los años 1965 y 1966 multitud de propuestas, refinándolas hasta dar con el producto definitivo.

El producto definitivo fue bautizado como Skoda Trekka, y era un cruce entre un turismo, un todoterreno y una pick-up. Un coche de propulsión trasera pero gran altura libre al suelo, con un bloqueo opcional para el diferencial trasero – necesario para salir de ciertos atolladeros fuera del asfalto o en ciertos trabajos. Aquél coche no podía definirse como un verdadero todoterreno, ya que no disponía de tracción total, pero sí como un verdadero todocamino. Estaba basado en el chasis de largueros del Skoda Octavia checo, cuya batalla era recortada en 224 mm hasta los 2.165 mm. También heredaba su avanzada suspensión independiente.

Era un coche pequeño, ágil y muy ligero: el Trekka medía sólo 3,59 metros y no superaba la tonelada

Vista del motor original Skoda Trekka, mostrando sus componentes clásicos.

Su carrocería era muy diferente a la del Octavia, ya que estaba compuesta por paneles de aspecto cuadriculado y diseño aguerrido, similares a los que se podían encontrar entonces en los Land Rover o los Toyota Land Cruiser. Es imposible dejar de pensar en los Jeep al contemplar su simpático frontal de faros redondos. El Trekka se enviaba desmontado desde Mlada Boleslav, y era ensamblado localmente en Otahuhu, como ocurría con el resto de Skoda de las antípodas. El Skoda Trekka se vendió en diferentes sabores y carrocerías, en configuraciones que iban desde las tres hasta las ocho plazas.

Las más populares eran las versiones de techo de fibra, pero también existieron versiones descapotables con techo de lona, pick-ups, rancheras y versiones «Beach» sin ventanillas o techo – ideales para surferos y amantes del aire libre. Todas ellas estaban movidas por el mismo motor, un sencillo cuatro cilindros de 1.221 centímetros cúbicos, capaz de desarrollar 47 CV. Era un coche poco potente, pero el desarrollo más corto de su diferencial trasero y su bajo peso hacían que se moviera sin grandes problemas. De hecho, podía alcanzar velocidades de hasta 110 km/h en condiciones idóneas.

Se ensamblaron unas 3.000 unidades en Otahuhu, entre los años 1966 y 1972

Skoda Trekka aparcado en una playa, perfil que muestra su diseño lateral

Era capaz de soportar hasta 500 kilos de carga, y era un coche de carácter fiable, con bajos costes de mantenimiento. Aunque la mayor parte de Trekka fueron vendidos en Nueva Zelanda, unos pocos fueron exportados por Motor Industries International a Australia, Fiji, Samoa y Vietnam. Imaginaos el exotismo que suponía conducir en Fiji un todoterreno checo fabricado en Nueva Zelanda. Hoy en día, Skoda vende coches de forma directa en Australia y Nueva Zelanda, con filiales y una red moderna de distribución. Cómo han cambiado los tiempos en solo cincuenta años.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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