Puede que algunos conozcáis la web estadounidense Bring A Trailer. Nació como plataforma de subastas para «project cars», proyectos de restauración o rescate automovilístico que necesitaban ser llevados en remolque – de ahí su nombre. Esta web se ha convertido durante los últimos años en una plataforma de subasta de coches cada vez más caros e inalcanzables, alimentando esa burbuja del mercado de segunda mano, que sigue sin visos de explotar. La noticia es que en Bring A Trailer acaba de publicarse un Honda NSX, cuyo odómetro sólo marca 301 kilómetros. El coche tiene 25 años. Nunca ha sido disfrutado.
Este tipo de noticias me producen tristeza. Fue adquirido en 1994 y desde entonces lo almacenó en un garaje climatizado… junto a otros 40 coches potencialmente «coleccionables», de similar kilometraje. Este tipo de movimientos no responden a otra intención que la de hacer caja con este tipo de coches, revendiéndolos años después, esperando un pingüe beneficio. Si bien puedo entender los motivos por los que alguien ha hecho esto, en absoluto los comparto. No haber disfrutado de un coche como un Honda NSX debería estar tipificado como delito en el código penal de los petrolhead.
El Honda NSX es uno de los iconos deportivos de los años 90. Fue el coche que demostró que era posible construir un superdeportivo utilizable a diario, rápido y pasional, pero también práctico y fiable. Para entender la relevancia histórica del Honda NSX os daré una simple anécdota: ha sido la inspiración dinámica para el desarrollo del McLaren F1. El propio Ayrton Senna contribuyó a su desarrollo, protagonizando vídeos memorables a su volante. Es historia viva del automóvil moderno. Que alguien lo haya conducido a un ritmo de 12 kilómetros anuales escapa a mi comprensión como amante de los coches.
Esta unidad en concreto fue adquirida en 1994 en un concesionario Acura de Illinois (EE.UU.) – en Estados Unidos el NSX se vendía bajo la marca Acura, pero era esencialmente el mismo coche que los Honda NSX. El coche ha pasado su vida en un garaje climatizado, y ha recibido tanto cambios de aceite anuales como cambios de neumáticos. Los Yokohama que monta actualmente datan del año 2013. El coche aún conserva parafina en sus bajos, y las marcas de pintura instaladas en sus elementos de suspensión cuando abandonó su fábrica en Japón. Dudo que le haya llovido encima en toda su existencia.
El motor de estos Honda NSX del año 1994 era aún un 3.0 VTEC de seis cilindros, con 274 CV de potencia máxima. Esta unidad monta una caja de cambios manual de cinco relaciones, con la que era capaz de hacer el 0 a 100 km/h en seis segundos exactos. El coche está acabado en una tonalidad Brooklands Green, y sus asientos deportivos están tapizados en un cuero negro de excelente aspecto – diría que su cuero habría sido recientemente hidratado. En su día, en 1994, este Honda NSX costó 73.200 dólares. Si el vendedor quiere recuperar su inversión, debería recibir por el coche al menos 124.853 dólares… sólo para compensar la inflación.
Mientras escribo este artículo, la puja actual por este Honda NSX va por 111.000 dólares. A casi cinco días de que termine la subasta, no dudo que este coche pueda incluso alcanzar los 200.000 dólares. Ahora bien, ¿justifica este beneficio no haber disfrutado de uno de los mejores coches jamás creados? ¿Será su nuevo dueño capaz de disfrutarlo, o temerá que pierda valor por hacerlo?
Fuente: BaT
