¿Puede un superdeportivo moderno llenar los zapatos de su predecesor, 15 años más antiguo y 301 CV menos potente? Es lo que Jethro Bovingdon, editor de EVO y colaborador de Drive Tribe, se ha propuesto para estrenar el canal de YouTube de la red social petrolhead de Amazon. El nuevo Honda NSX es un portento tecnológico. Es un superdeportivo híbrido de 581 CV de potencia, obtenida por la combinación de dos motores eléctricos y un 3.5 V6 biturbo de 550 CV de potencia, transmitida a las cuatro ruedas. No debería ser rival para su abuelo.
O quizá sí. Veréis, el Honda NSX-R no es un NSX cualquiera. Aunque su motor 3.2 VTEC V6 «sólo» declara 280 CV de potencia – si quieres saber por qué, lee este artículo – sólo pesaba 1.270 kilogramos. Posiblemente el Honda NSX-R fue el último superdeportivo verdaderamente analógico: no tiene dirección asistida, sólo se ofrecía con caja de cambios manual y llevaba la reducción de peso hasta extremos enfermizos. ¿No me creéis? En el fuelle del cambio de marchas, Honda ahorró decenas de gramos usando una rejilla de plástico en vez de cuero.
Los ingenieros de Honda mimaron su puesta a punto hasta el extremo, mejorando lo que parecía inmejorable. Es el mejor Honda NSX de primera generación jamás fabricado. En palabras del probador británico, es un coche que exige tu máxima concentración y esfuerzo, recompensándote con unas sensaciones ya olvidadas en los coches actuales. La respuesta al acelerador es instantánea y predecible, su cambio tiene recorridos de sólo 40 mm, la dirección es precisa como un bisturí, y su agilidad es simplemente excepcional.
En un plano puramente numérico, por supuesto que el nuevo Honda NSX es más rápido, más prestacional y más eficiente. Pero en 15 años, ¿alcanzará el valor y relevancia histórica de ese «vetusto» NSX-R? No amigos, las prestaciones puras no lo son todo. Cuando Jethro Bovington se sube en el nuevo Honda NSX, lo primero que percibe es la mayor presencia de filtros entre el conductor y el asfalto, especialmente en lo tocante a la dirección y el tacto del pedal de freno, con ese clásico «salto» entre la frenada regenerativa y la frenada hidráulica. El coche se comporta de forma diferente, en parte por su peso, de más de 1.700 kilos.
Salvando las diferencias, el probador admite que el nuevo NSX es un coche muy cómodo, que sería perfectamente utilizable en el día a día – entre otras cosas, por su excelente visibilidad frontal. Su caja de cambios de doble embrague le confiere una enorme eficacia, con sus motores eléctricos actuando como sistema de vectorización del par motor a través de su tracción integral SH-AWD. A falta de probarlo aún más a fondo, durante más días, admite que es un coche especial, que se siente muy diferente a un McLaren 650S o un Ferrari 488 GTB.
No obstante, no llega a los niveles de emoción del antiguo NSX-R. Quizá Honda necesita lanzar una versión R del actual NSX. ¿Dónde hay que firmar para ello?
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