Es conocido el interés de un buen número de marcas por captar y fidelizar ese caudal de usuarios que, bien procedentes de la convalidación del carnet de coche o bien poseedores de un nuevo y flamante permiso A1, se acercan con una mezcla de ilusión y respeto al mundo de las motocicletas por primera vez.
Sabedores de la importancia crucial de un segmento, el de las naked de bajo peso y cilindrada, enormemente disputado bien sea por firmas “clásicas” como por incorporaciones más recientes de procedencia asiática o de sellos europeos relanzados por nuevos inversores, los ingenieros de Honda acaban de presentar la nueva versión de una montura cuyas líneas a priori espartanas esconden un interesante ejercicio de innovación.
EN TIEMPOS INCIERTOS, HONDA APUESTA POR EL I+D COMO VÍA DE DISTINGUIRSE FRENTE A LA COMPETENCIA, TAMBIÉN EN LAS GAMAS DE ENTRADA
Y es que, como subraya la propia casa, en la renovación de este modelo no solo se ha aprovechado la valiosa experiencia recabada en la implementación de nuevas soluciones técnicas en algunos de sus scooters más vendidos, sino que se han desarrollado nada menos que 19 patentes.
¿Cómo mantener ese precioso equilibrio entre economía de costes, practicidad y vanguardia técnica? Haciendo evolucionar con inteligencia lo esencial al tiempo que se refinan ciertos aspectos clave. Para resolver esta ecuación con éxito, Honda tiene clara la filosofía que inspira la CB125F.
LAS TRES CLAVES DEL ÉXITO: SIMPLICIDAD, NOBLEZA Y UN PUNTO ESTÉTICO
Ésta pasa por ser, en primer lugar, un modelo eminentemente utilitario, que goza de una mecánica sencilla y robusta, con un mantenimiento poco aparatoso y una economía de consumos cercana a la de esos dispositivos de ignición de cigarrillos comúnmente denominados mecheros.
El nuevo motor monocilíndrico, bautizado como Enhanced Smart Power o eSP, no solo está homologado para la normativa Euro5 sino que aumenta ligeramente su potencia (de 7,8 kW a 7750rpm pasa a 8kW marcando 7500rpm en el cuentavueltas) y par motor (de 10,2 Nm a 6250rpm progresa a 10,9 a 6000 rpm) al tiempo que reduce notablemente su consumo hasta unos teóricos (y casi ridículos) 1,49l/100km. A ello contribuye la modificación de sus componentes internos en pro de una menor fricción, lo cual redunda favorablemente en su durabilidad.
Merece la pena destacarse la incorporación de un novedoso Generador de Corriente Alterna que posibilita asimismo el arranque, lo que sumado a los cambios en el resto del motor y al rediseño del bastidor en el que éste se integra hacen que la CB125F 2021 adelgace nada menos que 11kg para marcar unos exiguos 117 en orden de marcha.
Y ya que mencionamos el bastidor y con ello su parte ciclo, pasemos a la segunda de las enseñas de este modelo: la nobleza y facilidad de uso. En tal terreno, esta contendiente juega bien sus cartas confiándose a un chasis estable, una horquilla que, aunque modesta en el recorrido de sus suspensiones, permite un más que decente ángulo de giro y unos neumáticos de perfil estrecho pero generosos de diámetro con 18” en ambos trenes.
Desentona con este espíritu de refinamiento progresivo el sistema de frenado que delante se confía a un disco de 240mm con pinza de dos pistones y detrás conserva un tradicional tambor de 130mm. Sabemos de la destreza de Honda a la hora de hacer conjuntos con un mordiente prodigioso y sin duda el sistema de frenada combinada CBS supone un plus de efectividad, pero no estaría de más la sustitución de ese vetusto freno trasero por uno de disco, máxime cuando la incorporación del ABS parece estar de momento lejos de la sobria orientación de este modelo.
Y para no dar solo cal sino también arena, es justo destacar como nota positiva que la nueva CB125F incorpora una suspensión trasera ajustable en precarga hasta en cinco posiciones, lo que sin duda permitirá a los usuarios asegurarse ese punto de confort personal con el que todo motero se identifica al pilotar durante un tiempo a su ojito derecho.
Cambiar de un scooter estándar a una “moto moto”, con la complejidad inicial que su manejo conlleva y otras consideraciones, supone dejarse seducir por el componente aspiracional que posee el mágico mundo de las dos ruedas.
En este sentido y siempre dentro de la sobriedad, esta CB se estiliza en su carenado para hacer algunos guiños a sus hermanas mayores. Así se ve en los protectores color plata de su depósito, que recuerdan a las Neo-Sports Café, la visera oscura con resabios de la CB500F, la flamante y efectiva iluminación Led o el tablero de instrumentos digital con una calidad de resolución y brillo que deja atrás a ciertas competidoras con pretensiones mayores pero resultados poco satisfactorios.
Habrá que esperar a su estreno para comprobar si esta fórmula del equilibrio hace honor a su tradición y enriquece con acierto los puntos fuertes de una pequeña montura cuya modestia esconde las bazas de las buenas motos de ayer y hoy.
Y tú ¿aprendiste a conducir en alguna de sus antecesoras y te quedaste en Honda? O bien, ¿te animarías a probar este tipo de motos gracias a este modelo?
Fuente: HONDA ESPAÑA