En estos días está teniendo lugar el Mobile World Congress de Barcelona, el salón más importante del mundo en lo tocante a smartphones y conectividad. De unos años a esta parte, se ha convertido en el escaparate de muchos fabricantes de coches, que enseñan al mundo sus últimas tecnologías. En esta edición, el fabricante chino de smartphones Huawei ha presentado al mundo un teléfono capaz de conducir un coche. El proyecto se llama RoadReader, y el protagonista es un Porsche Panamera, pilotado por un Huawei Mate 10 Pro dotado de inteligencia artificial. Os contamos de qué va este proyecto.
Un móvil capaz de conducir un coche por sí mismo
Como sabéis, muchos coches ya cuentan con cámaras y radares que escanean de forma constante la carretera. Estas cámaras no solo detectan las señales de tráfico o las líneas que delimitan nuestro carril, son capaces de detectar a peatones, ciclistas o animales en movimiento, aplicando los frenos del vehículo si estamos a punto de impactar contra ellos. Es el principio de funcionamiento de sistemas como el frenado automático de emergencia o el asistente de mantenimiento de carril. En combinación con una CPU potente y radares de proximidad, el coche puede desarrollar funciones de conducción autónoma.
Porsche Panamera
El Porsche Panamera no es un coche autónomo, pero posee un hardware que es un buen punto de partida para varias asistencias avanzadas a la conducción. Huawei, el fabricante chino de smartphone, ha usado la berlina deportiva de Porsche para demostrar que su teléfono Mate 10 Pro es capaz de hacer que el coche conduzca por sí mismo y evite objetos. Huawei desarrolló un sistema de comunicación entre el coche y el teléfono. Ahora el coche es capaz de detectar objetos usando la cámara del teléfono – es capaz de reconocer hasta 1.000 objetos diferentes – y reaccionar a ellos de forma proactiva.
Por ejemplo, si detecta que el objeto es un perro, practicará una maniobra de esquiva para no atropellarlo. El fabricante del smartphone afirma que emplea una inteligencia artificial capaz de optimizar su respuesta y reconocimiento de objetos con el tiempo, parte de un proceso de aprendizaje continuo. Hasta el momento, nadie había usado un smartphone comercial como elemento central de un sistema de conducción autónoma. El futuro de la conducción autónoma pasa por experimentos como este, y las compañías tecnológicas no quieren perder protagonismo en un negocio que moverá miles de millones de euros.
Fuente: EP
En Diariomotor: