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HumanCar Impulse, el coche híbrido con menos consumo porque solo gasta tu propia energía

No solo es el coche más limpio del planeta, también el más saludable. Así rezaba la carta de presentación del HumanCar Impulse PS, un vehículo híbrido eléctrico/humano. Has leído bien, este trasto funciona gracias ejercicio que haces en él. ¡Descubrámoslo!

Análisis rápido del HumanCar Impulse PS

Parece una chaladura (mira las imágenes de la galería), pero este vehículo apareció en el mercado temprano allá por 2008-2010 en una fase experimental. Su funcionamiento se basa en convertir el movimiento de remo del conductor y pasajeros en uno giratorio que se usa para cargar la batería, que alimenta al motor eléctrico y resto de elementos.

Incluso se puede usar para almacenar energía generada con nuestro esfuerzo para hacer las veces de generador que proporcione electricidad al hogar en momentos de fallo de suministro. Recibió la clasificación de NEV en Estados Unidos y eso lo hizo apto para circular por los vecindarios. Sigamos a continuación con historia detrás de la creación de este coche de los Picapiedra moderno.

HumanCar carga las baterías gracias a tu ejercicio de remo y puede alcanzar los 100km/h, aunque está limitado a 40km/h. Si todos reman, ¿cómo gira?

Innovador coche eléctrico recarga baterías mediante pedalier, ecología y deporte unidos.

La historia detrás de HumanCar, el coche eléctrico que funciona con tracción humana

Un señor llamado Charles Samuel Greenwood (científico e ingeniero) tuvo una epifanía en 1968 mientras se encontraba atrapado en pleno atasco en Silicon Valley. Se fijó en que muchos de los conductores no solo estaban respirando los gases de escape nocivos de todos esos coches parados, también padecían de sobrepeso.

El bueno de Greenwood maduró la idea para tratar de acabar con dos pájaros de un tiro. Así nacería el concepto de entrenar para desplazarte sin contaminar. Aquí es donde todos pensamos en la bicicleta, pero él decidió crear algo diferente (por algo es inventor).

Todo empezó con el FM-4, precursor del Impulse. Básicamente eran lo mismo, solo que este primero carecía de carrocería y sirvió de banco de pruebas para el perfeccionamiento de su tecnología de remo.

Greenwood estaba atrapado en un atasco y se dio cuenta de que muchos de los conductores a su alrededor inhalaban gases nocivos durante largo rato y padecían de sobrepeso. Así es como nació su idea del HumanCar

Innovador sistema de recarga para vehículo eléctrico mediante ejercicio físico

Detalles adicionales y el fin de la historia

El coche puede funcionar con 1, 2, 3, o 4 personas dándole al remo. La batería se puede cargar también por toma de corriente si crees que has tenido bastante ejercicio por hoy. Incorpora un sistema de frenado regenerativo. Conducir con las manos a la vez que remas podría ser demasiado complejo, por ello el HumanCar se dirige con la inclinación del cuerpo. Algo que defendían como más intuitivo que un volante.

El coche también iba equipado de control de crucero, pantalla táctil, GPS, iPod, sistema de sonido y elementos de comunicación mediante Bluetooth. Todo se alimentaba de la energía generada al remar. Energía aparentemente más que suficiente pues, según un informe de CNN, 4 personas remando durante unos minutos podía generar electricidad para alimentar un Pc durante una hora.

A principios de 2010 la empresa ya tenía más de 200 encargos. Algo que indicaba un cierto grado de éxito teniendo en cuenta que el coche era un producto de investigación con un precio de 75.000 dólares. Planeaban empezar la producción comercial al llegar a un punto de equilibrio de alrededor de 800 pedidos. A partir de ahí, el precio se desplomaría a los 15.500 dólares. También pensaban agregar elementos más comunes a día de hoy como son los sistemas de frenado de proximidad o asistencia de estacionamiento, no obstante, a día de hoy la página web oficial no se encuentra disponible y poca información disponible queda al respecto. Gracias a las imágenes de New Atlas podemos apreciar las formas de este extraño aparato.

Los remos se posicionan en una secuencia cronometrada que elimina la necesidad de que los ocupantes sincronicen sus movimientos. No puedo evitar imaginar al grupo quejándose de quien se esfuerza menos por llegar al destino

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Martín Jemes

Amante del mundo del motor y cinéfilo, nada le gusta más que contar una gran historia. Seguir leyendo...

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