El preparador estadounidense Mil-Spec ha vuelto a hacerlo. A vuelto a romper nuestros esquemas con un nuevo Hummer H1. Este especialista en restomods del auténtico Hummer nos tiene acostumbrados a trabajos de primer nivel, y de hecho en Diariomotor hemos publicado ya dos de sus propuestas: un Hummer H1 preparado para circuitos – no es broma – y un H1 mucho más cantoso y arrogante. El Hummer H1 que os ofrecemos hoy, la sexta creación de Mil-Spec, es un coche de especificaciones civiles que podrás conducir en carretera, pero con una estética absolutamente militar que personalmente me fascina.
Esta unidad en concreto, basada en un Hummer H1 del año 1996, estaba inicialmente especificada con cuatro puertas, pero ha sido extensamente modificada. Para empezar, la ventana trasera es mucho más grande que en los Hummer de serie, y la carrocería ha sido ensanchada en casi 20 centímetros – porque el Hummer H1 era demasiado estrecho, ¿verdad? Su carrocería ha sido pintada en un amenazador color negro mate de textura rugosa, y se han instalado tanto paragolpes como puertas completamente nuevos. Lo mismo ocurre con las protecciones frontales o la enorme barra de LEDs del techo, de 1,5 metros de ancho.
Las llantas no parecen demasiado grandes, pero tienen realmente 20 pulgadas de diámetro. Están envueltas en neumáticos todoterreno Nitto Ridge Grappler, diseñados para la práctica del todoterreno extremo. Este todoterreno también monta ejes reforzados, así como frenos de mayores dimensiones, con el objetivo de soportar una masa máxima autorizada cercana las 5,5 toneladas. La suspensión del todoterreno es neumática, y es ajustable tanto en dureza como en altura, permitiendo una enorme versatilidad en todo tipo de terrenos. Un cabestrante frontal y un snorkel son toda una declaración de intenciones.
En el eje trasero se ha instalado un bloqueo de diferencial ARB con línea de aire. Por supuesto, Mil-Spec no ha descuidado la mecánica encargada de mover este gigantesco todoterreno de cuatro plazas. Se trata de un motor 6.6 V8 Duramax, un turbodiésel montado en las pick-up pesadas de General Motors, convenientemente modificado. Ahora desarrolla 500 CV y un par motor de 1.355 Nm, capaz de mover montañas al ralentí. Está asociado a un cambio automático Allison de convertidor de par y seis relaciones, reforzado para soportar el incremento de potencia y fuerza del motor diésel.
El interior sigue siendo relativamente espartano, pero todo está forrado en cuero de alta calidad y se ha mejorado el aislamiento acústico. Un equipo de infoentretenimiento moderno y sistemas de climatización de última generación se dan por hechos. El coste de esta unidad, encargada por un particular de Kansas bajo el seudónimo de «Bane» ha tenido un precio de 295.039 dólares, o 264.365 euros al actual tipo de cambio.
Fuente: Autoblog