En Diariomotor os hemos hablado hace tiempo del proyecto del diésel R33, que está en fase de pruebas en Alemania, probándose en vehículos del Grupo Volkswagen. Es un combustible interesante, pero palidece ante el HVO100. El HVO100 de Neste, una empresa afincada en Finlandia dedicada a la producción de biocombustibles, que desde hace unos pocos años produce un verdadero sustituto del diésel a partir de residuos orgánicos. La noticia es que el Grupo PSA (Citroën, DS, Peugeot y Opel) confirma que sus diésel Euro 5 y Euro 6 pueden funcionar perfectamente con este combustible.
HVO significa Hydrotreated Vegetable Oil, y es un combustible de origen orgánico producido por Neste en Finlandia. Es un combustible de origen fundamentalmente vegetal, obtenido a partir de residuos orgánicos. Al contrario que otros biodiésel convencionales, Neste afirma que el MY – el nombre comercial de este diésel renovable – se produce a partir de fuentes 100% renovables y es compatible con cualquier motor diésel convencional. Motor que podría usarlo sin necesidad de modificaciones en el sistema de alimentación de combustible o sistemas anticontaminación.
De hecho, el Grupo PSA – según comunica su filial holandesa – ha certificado este combustible como completamente apto para su uso en motores diésel Euro 5 y Euro 6. Es decir, todos los motores diésel fabricados por PSA en la pasada década. Hasta el momento, el HVO100 se había empleado fundamentalmente en transporte pesado y transporte marítimo – su uso está recomendado por Scania, entre otros fabricantes de camiones – pero ahora comienza a darse a conocer para su uso en turismos. ¿Qué ventajas ofrece con respecto al diésel de origen fósil?
La principal ventaja es que su origen es renovable, y por tanto, es prácticamente neutral a nivel de emisiones de dióxido de carbono. ¿Por qué? Porque las plantas a partir de las que se produce ya han atrapado dióxido de carbono durante su pasada vida, mediante el proceso de la fotosíntesis. Cuando es quemado en un motor produce dióxido de carbono, pero teniendo en cuenta su origen – y el CO2 fijado por las plantas – afirma que estas emisiones son un 90% inferiores que usando diésel de origen fósil.
Al mismo tiempo, afirman que el nivel de emisión de partículas es un 33% inferior, y que el consumo de combustible se puede reducir ligeramente. Las emisiones de óxidos de nitrógeno y otros contaminantes también se reducen, bajando ligeramente el consumo de AdBlue por parte de los sistemas SCR, especialmente interesante en estos tiempos, en los que prácticamente todos los motores diésel Euro 6 emplean esta tecnología. Ahora bien, ¿es este combustible la panacea? ¿Por qué no lo tenemos en todas nuestras gasolineras?
¿Es la panacea? No, también tiene desventajas
El principal escollo para su adopción masiva es que su producción es por el momento baja, y por tanto tendría que aumentar en órdenes de magnitud para satisfacer la demanda mundial de gasóleo. Otra desventaja es que es caro, hasta un 20% más caro que el diésel de origen fósil. Esto sería salvable mediante las economías de escala y las compras de volumen por parte de grandes distribuidoras. Y ese es otro problema: a día de hoy es difícil encontrar HVO100, solo presente en ciertas gasolineras del norte de Europa, concretamente de la zona escandinava.
Fuente: autoblog.nl