La industria del automóvil sigue destapando sus cartas. Hasta hace relativamente poco los planes de electrificación de una marca pasaban por avanzar cuántos productos eléctricos lanzarían en los próximos años y tratar de anticipar hitos tan importantes como el año en el que dispondrían de una gama completamente eléctrica, y el año en que dejarían de comercializar coches con motor de combustión interna.
Pero un plan sólido de electrificación exige mucho más que lo evidente, disponer de coches eléctricos. Exige que estos sean competitivos, frente a la amenaza de Tesla, que ha hecho méritos para ser el referente del eléctrico, y frente a la amenaza de la industria China, que ha apostado fuertemente por su expansión en Occidente y que ya no solo compite en precio con los fabricantes tradicionales, sino también en tecnología.
Hoy os hablábamos de los revisados planes de Toyota para hacer frente a todos estos retos. Y hoy hemos de hablaros de los planes de Hyundai y Kia y de cómo Corea del Sur no teme ni a Tesla, ni a China.
Corea no teme a Tesla, pero tampoco a China
Hyundai Motor Group, que engloba a Hyundai, Kia, la marca de lujo de Hyundai conocida como Genesis, y la filial de movilidad Hyundai MOBIS, pretende situarse como uno de los tres mayores fabricantes de coches eléctricos a nivel mundial en 2030.
Para conseguirlo, el Grupo Hyundai considera que una producción global de 3,64 millones de eléctricos al año en 2030, que es su objetivo, sería suficiente. Hyundai espera que, de ellos, 1,51 millones de eléctricos se produzcan en Corea del Sur. Para entonces, el gigante coreano dispondría de una gama de 31 eléctricos, lo cual es un objetivo ambicioso, pero sin duda alcanzable. A día de hoy Hyundai y Kia son de las marcas que más productos eléctricos están lanzando, con propuestas tan llamativas como el Hyundai IONIQ 6, o el KIA EV9.
¿Pero qué hay de la segunda parte del proyecto eléctrico de Hyundai? ¿Cómo pretenden ser competitivos?
Kia coloca la primera piedra de su fábrica de PBV
Kia acaba de colocar la primera piedra de su nueva fábrica en Hwaseong, que estará dedicada a la producción de vehículos eléctricos para usos específicos (Kia utiliza el acrónimo PBV, de Purpose Built Vehicles). Su objetivo, iniciar la producción en la segunda mitad de 2025 y alcanzar una producción anual, en su primer año completo, de 150.000 unidades.
Los PBV no serán, en principio, turismos al uso, ni tampoco el tipo de vehículo comercial al que estamos acostumbrados. Serán una suerte de vehículos para aplicaciones comerciales y de transporte, basados en una arquitectura para eléctricos muy versátil y una plataforma de tipo «monopatín», sobre la que se construirían una gran variedad de vehículos diseñados específicamente para aplicaciones muy concretas.
Por ejemplo, su primer PBV, el más pequeño, que se presentará en 2025 y que de momento conocemos por el nombre en clave del proyecto, SW, permitiría:
- Aplicaciones de reparto urbano
- Transporte de pasajeros (su altura sería la de un adulto)
- Transacciones entre negocios
Su segundo PBV sería un vehículo de mayor tamaño, cuyas aplicaciones serían las siguientes:
- Vehículo de transporte y logística
- Reparto de alimentos frescos
- Transporte de pasajeros (como alternativa al mini-van, no especifica número máximo de pasajeros)
- Oficinas móviles
- Tiendas móviles
Tanto los PBV pequeños, como los grandes, estarán concebidos para ser autónomos y también para ejercer como taxis autónomos.
Soluciones de producción innovadoras
Kia ha avanzado algunas de las soluciones más innovadoras que aplicarán en su fábrica de PBV, o al menos los detalles más llamativos de esas técnicas de producción:
- En paralelo a la producción en cadena tradicional, se llevará a cabo ensamblado en celda, de productos o partes similares que serían producidas en estaciones (o celdas) en ciertas etapas de la cadena de montaje, para optimizar el suministro de esos productos y componentes y optimizar el flujo de materiales y componentes
- Kia asegura que habrá una alta automatización de la instalación de componentes, que ya no requerirían de operarios, para tareas como el montaje de lunas, el emblema del modelo y la marca, etcétera
- Procesos de calidad continuos basados en Inteligencia Artificial, el aprendizaje automático y, por supuesto, una supervisión constante de todo lo que está sucediendo en cada etapa del ensamblado