Comprarse un verdadero todoterreno es cada vez más costoso, prueba de ello son los alrededor de 80.000 euros que hay que pagar por un Toyota Land Cruiser, un Ford Bronco o un Jeep Wrangler. Pero no todo está perdido, pues en el mercado aún existen auténticos 4×4 por bastante menos dinero, siendo este todoterreno que analizamos hoy un coche desconocido por el gran público, pero con una receta que promete grandes posibilidades para la práctica del off-road más extremo.
Con lo mejor de dos colosos del 4×4, así es el ICH-X K2
En Europa acaba de ser presentado un todoterreno bajo el peculiar nombre de ICH-X K2, aunque en realidad este 4×4 ya llevaba algún tiempo entre nosotros, solo que bajo la denominación ICKX K2. Los motivos que han llevado al cambio de denominación son un misterio por ahora, pero lo bueno es que el K2 se mantiene fiel a su receta original, lo que hace que hablemos de un 4×4 con todas las de la ley.
El ICH-X K2 es un proyecto desarrollado por la firma italo-china DR Automobiles, marca que ya opera en nuestro país desde hace algunos años, para poner en las calles un todoterreno muy capaz, pero por bastante menos dinero que lo que piden sus rivales directos.
Partiendo de la base del BAIC BJ40 y su chasis de largueros, el ICH-X K2 hace uso de una carrocería donde obviamente se muestra un diseño claramente Wrangler. El resultado es un todoterreno que mide 4,65 metros de largo, 1,93 metros de ancho y 1,87 metros de alto. A ello añadimos una batalla de 2,75 metros y la posibilidad de desmontar total o parcialmente su techo, permitiendo así disfrutar de diferentes configuraciones.
El interior del K2 está claramente inspirado en Mercedes, lo que nos deja con una suerte de habitáculo con regusto a Clase G. Prueba de ello es el uso de unos asientos tapizados en piel con calefacción y reglajes eléctricos o el uso de un sistema de infoentretenimiento con doble pantalla LCD al más puro estilo MBUX empleado por la firma alemana en sus coches.
Desde el punto de vista técnico, el ICH-X K2 apuesta por una configuración sencilla y robusta que deja a un lado cualquier electrificación. De este modo su corazón es un motor 2.0 turbodiésel de 162 CV y 380 Nm que se transmiten al suelo a través de una caja de cambios automática de 8 relaciones por convertidor de par y un sistema de tracción total conectable con reductora, además de bloqueos para los diferenciales delantero y trasero.
Sólo con esta receta ya podemos adivinar que el K2 no le teme al off-road, pero ahora llega el momento de hablar de cotas, un aspecto donde este 4×4 también brilla. Para empezar tenemos una altura libre al suelo de 22 cm y una capacidad de vadeo de 50 cm, uniendo a ello un ángulo de ataque de 37º, un ángulo ventral de 23º y un ángulo de salida de 31º. Según la firma, el K2 es capaz de superar pendientes de hasta el 60% sin problemas.