Cuando finalice el proyecto, si es que lo hace, tendremos que utilizarlo para sustituir a la popular frase «dura más que la obra del Escorial». Y es que el proyecto de unión entre España y Marruecos por medio del Estrecho de Gibraltar se remonta al siglo XIX. Fue en el 1869 cuando se originó lo que se denominó de forma oficial como Proyecto de Enlace Fijo del Estrecho de Gibraltar. Desde aquel momento ha habido muchos altibajos, han participado personajes ilustres como el rey Juan Carlos I o Florentino Pérez. Y sería el fútbol lo que acabaría por impulsar el proyecto, con el objetivo de tenerlo listo para el Mundial 2030.
Unir España y Marruecos, una cuestión estratégica
El Estrecho de Gibraltar es mucho más que una sección llena de agua que separa dos continentes. Anualmente cruzan el Estrecho por barco más de 300.000 camiones y 100.000 buques, así como 3.000.000 millones de personas, con un total de 700.000 vehículos.
Unir Marruecos y España es una cuestión estratégica porque el Estrecho de Gibraltar es un paso crucial a nivel de comercio internacional. En la zona hay cinco puertos marítimos importantes, tres de gran tamaño como son Algeciras, Tánger Ville y Tánger Med, y otros dos de tamaño medio como son Ceuta y Cádiz.
El proyecto centenario
La idea de unir ambos países por medio de un túnel o un puente comenzó a desarrollarse allá en el año 1869. Desde entonces, hemos enfrentado una guerra civil, dos guerras mundiales, múltiples cambios de gobierno, e incluso de tipos de gobiernos, abdicaciones y cambios de dinastía, e incluso la fundación de la Unión Europea, o el brexit de Reino Unido, que por cuestión geográfica también está implicado como veremos más tarde.
Pero el proyecto ha seguido adelante. A trompicones, pero sin caer en el olvido. Cuando en el 1972 Japón inauguró el túnel Seikán, entonces a España y Marruecos les dio envidia, y los reyes Juan Carlos I y Hassan II firmaron en el 1979 en Fez la Declaración Común Hispano Marroquí que volvía a poner en valor la construcción del túnel. Y se fundaron la Sociedad Española para la Comunicación Fija a través del Estrecho de Gibraltar (SECEFSA) y la Société Nationale d’Études du Détroit de Gibraltar (SNED), que todavía hoy por hoy siguen existiendo con ese objetivo único.
Desde entonces ha habido múltiples propuestas. Se convirtió en uno de los objetivos de Florentino Pérez cuando ocupó cargos en el Ministerio de Transportes y Energía y en el Industria con el gobierno de Adolfo Suárez. Y los diferentes estudios apostaban por un túnel subterráneo o por un puente elevado.
Un túnel subterráneo entre España y Marruecos
En la década de los 1990, diferentes estudios acabaron confirmando que la única opción viable era un túnel subterráneo. Se han realizado diferentes proyectos de prueba tratando de concretar las mejores opciones. 3.000 metros de excavaciones y sondeos en zonas como la Galería de Tarifa y el Pozo de Bolonia y los pozos y galerías de Malabata, redujeron todo a dos posibilidades.
La primera, unir Punta Cires en Marruecos con Punta Canalres por medio del Cañón del Estrecho. Solo 14 kilómetros subterráneos. Pero a una profundidad de más de 900 metros y con problemas sísmicos de por medio, lo que hacía la obra tan difícil que se acabó descartando.
La opción final, y hoy por hoy la única viable, unir Punta Malabata en Marruecos con Punta Paloma en España, por el denominado Umbral del Estrecho o Umbral de Camarinal.
Así será el túnel subterráneo
Tras tener claro el camino, han pasado 37 años de estudios y proyectos con diferentes inversiones por parte de los dos países gracias a los cuales se ha conseguido ir avanzando poco a poco en el plan. La distancia total entre la terminal en España y Marruecos sería de 42 kilómetros, aunque subterráneos serían 38,7 kilómetros, y submarinos solo 27,8 kilómetros. Decimos solo, aunque la distancia es superior a los 14 kilómetros del Cañón del Estrecho mencionado con anterioridad.
El túnel contaría con dos fases diferentes. La primera de ellas sería un túnel submarino por el cual habría tránsito ferroviario en las dos direcciones. Este «tubo» tendría un diámetro de unos 7,5 metros, y serviría para transportar mercancías y para el transporte de pasajeros por un medio similar al AVE.
Este pasaría a convertirse en el túnel ferroviario oeste cuando se comience la segunda fase, que supondrían la construcción de otros dos túneles. El principal sería un gemelo del primero, el túnel ferroviario este, con un diámetro de 7,5 metros. Y entre ambos habría un túnel de servicio y mantenimiento de 4,8 metros de diámetro, que estaría a 27 metros de ambos, y que contaría con conexiones de servicio a ambos túneles cada 340 metros.
Un túnel estratégico
Con estos dos túneles en funcionamiento, ya existirían dos vías de dirección independiente en las que además de los transportes de pasajeros y mercancías, habría trenes lanzadera a los que podrían subir vehículos como coches, autobuses y caravanas. Estos trenes podrían circular por el interior del túnel a unos 120 km/h.
No obstante, habría otro factor que sería clave en este túnel, y es que contaría con gasoductos que podrían facilitar el transporte de gas entre el país marroquí y el español, y entre el continente africano y el europeo, algo que se ha convertido en clave tras la crisis del gas ruso.
Lo que el fútbol ha unido…
Lo más curioso es que este proyecto centenario que tanto ha costado desarrollar y que hasta hace bien poco todavía parecía lejano y que llevaría décadas de desarrollo, ahora se ha acelerado y por culpa del fútbol. Tras la finalización de la vía de alta velocidad entre Casablanca y Tánger, ha vuelto a surgir un especial interés en el desarrollo de este túnel, que permitiría de hecho unir por medio de una línea ferroviaria con el mismo ancho ciudades como París, Madrid, Tánger, Casablanca, Rabat, e incluso algunas regiones de Túnez.
La previsión que originalmente afirmaba que en el mejor de los casos los primeros trenes en recorrer el túnel lo harían entre el 2030 y 2040, podría haberse quedado a un lado tras la confirmación del Mundial 2030 que organizan en conjunto España, Portugal y Marruecos. El objetivo es que para entonces el túnel pueda estar en funcionamiento en algún nivel.
Y hay predicciones que afirman que es posible conseguirlo en una obra de cinco años de duración. El dinero está sobre la mesa, pues ya hay interés de gigantes como el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversión, el Fondo Africano de Desarrollo, o diferentes fondos árabes por financiar el proyecto. Al fin y al cabo, podría ser una cuestión estratégica a nivel logístico para diferentes industrias.
Si se llegará finalmente a poner en funcionamiento la primera fase del proyecto en el 2030, o si finalmente será entre esta fecha y el 2040, tal y como informaba La Razón, es algo que aún queda por ver. Pero no hay duda de que el Mundial 2030 de fútbol ha servido para dar el impulso final que parecía necesitar el proyecto del túnel que unirá a España y Marruecos en un trayecto de solo media hora.
