Aunque son todo estimaciones debido al hermetismo de algunos países, China se habría situado en 2024 como el país en el que más coches se han vendido, superando la barrera de los 23 millones y con una clara ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores, Estados Unidos con 16 millones, mientras que Europa en conjunto se quedaría muy lejos de los números de las dos grandes potencias mundiales, concretamente en unos 12 millones de vehículos vendidos.
Sin embargo, la realidad puede ser muy distinta. Hace tiempo que se da por hecho que la incipiente y rompedora industria automotriz china tiene una excesiva dependencia del respaldo gubernamental a sus espaldas que la lleva en volandas a base de inyecciones económicas. Esto no sólo afecta a los propios fabricantes, sino que también hay rumores de que los concesionarios también estarían actualmente padeciendo la feroz guerra de precios que les ha llevado en más de una ocasión a no ser rentables a un alto porcentaje de los negocios.
El estudio, realizado por la Asociación de Concesionarios de Automóviles de China, cuyos resultados han sido publicados en Automotive News apuntan a que el 39% de ellos fueron rentables, un 19% se moverían en el rango de equilibrio entre el balance de ganancias y pérdidas y el 42% sería deficitario, aunque en este último caso no se habla de la horquilla en la que se estarían moviendo estos resultados negativos. Según los propios empleados de los concesionarios encuestados, los altos costos en la fidelización de los clientes, así como el deterioro de la calidad de las oportunidades de venta y un aumento de los rivales, han llevado a que los gastos operativos en 2024 hayan sufrido un repunte significativo.
El dato más difícil quizás viene en lo referente a que el 84% de los concesionarios chinos que han participado en la encuesta de la asociación que los engloba, admite que han vendido vehículos nuevos a precios inferiores a los que obtuvieron del propio fabricante, una cifra que refleja la quebradiza situación en la que se encuentran muchos negocios. Hasta un 60% de los concesionarios tuvieron incluso que bajar en más de un 15% los costes por debajo del precio mayorista con el fin de poder reducir el volumen de vehículos que tenían en stock.
Esta situación se ha visto en parte ‘parcheada’ por los incentivos que ha dado el gobierno chino a partir del pasado mes de julio para que los compradores pudieran achatarrar o reemplazar sus automóviles para adquirir unos nuevos, algo que ayudó precisamente a que el mercado registrara esos 23 millones de ventas que recogen algunos estudios referentes a 2024. Pekín se comprometió a trasladar los incentivos también a 2025, por lo que tanto fabricantes como concesionarios esperan a ver cuál es la respuesta del mercado local.