Se agotan los plazos, y cada vez queda menos tiempo para que el Gobierno aborde el denominado «impuestazo al diésel» que hará que, muy pronto, llenar el depósito de nuestro diésel sea más caro.
- El precio del diésel subirá 11,33 céntimos por litro, lo que supondrá algo más de 5 euros por depósito.
- El Ejecutivo busca aprobar la medida «lo antes posible» y es que la revisión fiscal del diésel es una de las condiciones para que la Unión Europea adjudique en su totalidad el próximo paquete de ayudas
- Los nuevos impuestos al diésel, así como la renovación del Plan MOVES, se deberían aprobar inminentemente y en los próximos días o semanas
Impuestazo al diésel, ¿qué es realmente?
Habrá impuestazo, de eso no hay duda. Y el Ministerio de Hacienda equiparará el impuesto especial de hidrocarburos del diésel y la gasolina, aplicando lo que desde hace tiempo venimos denominando como impuestazo al diésel. Esta medida supone un incremento de 11,33 céntimos por litro repostado, lo que afectará directamente a todos los conductores de vehículos con motor diésel.
El Gobierno justificó la medida como una internalización de los costes ambientales derivados del uso de combustibles fósiles. Sin embargo, a nadie se le escapa el efecto que puede tener la medida en la recaudación fiscal y que detrás se encuentra el cumplimiento con los compromisos exigidos por la Unión Europea.
Cuánto más costará llenar el depósito de tu coche
Más de 5 euros de subida por depósito diésel. Considerando un depósito medio de 45 litros, la subida en la fiscalidad del gasóleo hará que el coste de cada llenado aumente en más de 5 euros. No es un impacto significativo, pero sí se suma a otros costes que se han incrementado en los últimos años, relacionados con la movilidad y el transporte, que en última instancia dañan la capacidad adquisitiva de los conductores.
Para un conductor medio que recorra 11.000 kilómetros al año con un consumo de 4,5 litros/100 km, el coste anual de este impuesto sería de 57 euros.
Cómo abordar una subida de impuestos impopular
A pesar de que venimos meses hablando de ello, la equiparación de impuestos entre el diésel y la gasolina sigue adelante y aún están recabándose posibles apoyos y considerándose el instrumento legislativa a emplear. El Ejecutivo consideró abordar esta subida del impuesto especial sobre hidrocarburos por la vía del real decreto ley, y fuera de los debates parlamentarios ordinarios. Con esta estrategia, el Gobierno pretendía evitar bloqueos legislativos y asegurar su entrada en vigor lo antes posible.
El problema al que se enfrenta el Ejecutivo reside en que el tiempo se agota, y los cauces legislativos no avanzan. Aunque el real decreto ley agiliza el proceso, este aún debe ser convalidado en el Congreso, donde podría encontrarse con oposición.
Y de hecho algunas fuerzas parlamentarias, como Podemos, ya han descartado que vayan a apoyar la medida.
Impopular… pero necesaria y requerida por la Unión Europea
La equiparación del impuesto especial sobre hidrocarburos para el gasóleo y la gasolina ha sido una de las recomendaciones más antiguas de la Unión Europea. España es uno de los países con una fiscalidad más baja sobre el diésel, y la UE ha presionado repetidamente para eliminar esta ventaja.
Carlos Cuerpo, Ministro de Economía, declaró hace tan solo unos días que espera que la medida se apruebe lo antes posible, y que el Gobierno aún está a «tiempo» de conseguirlo.
La alternativa sería no recibir los fondos de recuperación de la Unión Europea o recibir parcialmente esos fondos. En otras palabras, sin esta revisión de impuestos, España podría perder una parte sustancial de los 25.000 millones de euros en ayudas europeas que está desbloqueando Bruselas en este arranque de 2025.
Los plazos se agotan
El tiempo corre y el Gobierno debería aprobar la medida antes del 21 de marzo para cumplir con los requisitos de Bruselas. De llevarse a cabo, cobraría fuerza la idea que apuntaba a que la subida de impuestos al diésel se producirá alrededor de la Semana Santa.
Sara Aagesen, Ministra de Transición Ecológica, coincidía estos días con su colega Cuerpo en la necesidad de revisar los impuestos al diésel «lo antes posible», estableciendo una conexión con otra de las medidas que están pendientes de aprobación, y que podría ser inminente, como es la renovación de las ayudas del Plan MOVES.
Imaginamos que la tentación de incluir en un mismo real decreto ley la revisión fiscal del gasóleo y las ayudas del Plan MOVES puede estar muy presente en el Ejecutivo. No obstante, este podría ser uno más en la cadena de errores que nos ha llevado hasta la situación actual. Puesto que la renovación de las ayudas del Plan MOVES ya cayó precisamente por incorporarse en un decreto ómnibus, que no prosperó en su convalidación en el congreso.