El año 2025 marcará un antes y un después para los conductores que dependemos del diésel. El gasóleo será más caro. Por primera vez se equiparará el impuesto especial sobre hidrocarburos, entre gasolina y gasóleo, haciendo que repostar nuestro diésel sea más caro. Aunque el objetivo del Gobierno sea alinear la fiscalidad española y los objetivos medioambientales con las directrices europeas, lo cierto es que esta medida generará un impacto económico para los consumidores. ¿Cuánto estaremos pagando realmente por cada litro de diésel?
¿Por qué sube el precio del diésel?
La subida está directamente relacionada con el aumento del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. Actualmente, este impuesto se sitúa en 307 euros por cada 1.000 litros de gasóleo, frente a los 400,69 euros de la gasolina de 95 octanos. Con la nueva normativa, el impuesto sobre el gasóleo subirá 9,37 céntimos de euro por litro. Sin embargo, debido a la doble imposición fiscal (el IVA se calcula sobre el precio base más el impuesto especial), el incremento para el consumidor será de 11,33 céntimos por litro repostado.
Este cambio implica que llenar un depósito medio de 45 litros costará unos 5 euros más.
La composición del precio del diésel
Para entender mejor el impacto, es importante analizar cómo se desglosa el precio de un litro de combustible en España. Según datos actuales:
- Precio base del gasóleo: Incluye la extracción, refinamiento, distribución y el margen de beneficio de las petroleras. Este componente está sujeto a la fluctuación de los mercados internacionales y a factores como la cotización del barril de petróleo Brent, las decisiones de la OPEP y las tensiones geopolíticas.
- Impuesto Especial sobre Hidrocarburos: Como se mencionó, este gravamen es el responsable de gran parte del aumento que experimentará el gasóleo en 2025, situándose actualmente en 30,7 céntimos de euro por litro repostado y elevándose en 2025 a 40,07 céntimos de euro por litro repostado
- IVA: Representa el 21% del precio total y se aplica sobre el coste base más el impuesto especial. Esto supone una doble imposición que incrementa aún más el precio final
Actualmente, y teniendo el precio medio del litro de gasóleo en el momento de elaborar este artículo se sitúa alrededor de los 1,5 euros/litro repostado, el 38% de lo que pagamos por un litro de combustible corresponde a impuestos, y este porcentaje aumentará tras la entrada en vigor del nuevo gravamen.
¿Cuánto pagaremos por cada litro de diésel en 2025?
Aunque el precio exacto dependerá de factores como la cotización internacional del petróleo y las fluctuaciones del mercado, el aumento de los impuestos al gasóleo añade un coste fijo al precio final. Considerando el precio medio actual del diésel en España (en torno a 1,50 euros por litro), el incremento de 11,33 céntimos por litro situaría el precio del diésel en aproximadamente 1,61 euros por litro, sin contar posibles variaciones en el precio base.
Estimando ese precio final de 1,61 euros por litro, podemos realizar también un cálculo que nos lleve a entender lo que supondrán los impuestos en el precio de cada litro de gasóleo repostado en 2025:
- El precio base del gasóleo sería de 92 céntimos de euro por litro repostado, un 58% del precio final
- El impuesto especial sobre hidrocarburos ya supondría 40,07 céntimos de euro por litro repostado
- El IVA ascendería a 27,72 céntimos de euro por litro repostado
De manera que, de mantenerse el precio base del gasóleo exactamente como se encuentra en estos momentos, y con los nuevos gravámenes, 42 céntimos de cada euro pagado por gasóleo para repostar nuestro diésel se corresponderían con impuestos.
El impacto económico y medioambiental de los impuetos al diésel
El Gobierno justifica esta medida como un paso necesario para reducir las emisiones contaminantes y cumplir con los compromisos medioambientales de la Unión Europea. Sin embargo, el impacto medioambiental real de esta medida es debatible. Los vehículos diésel, aunque emiten más óxidos de nitrógeno (NO2), suelen generar menos dióxido de carbono que los de gasolina. En este contexto, es cuestionable que la subida fiscal contribuya realmente a reducir las emisiones o más bien se traduzca en un aumento de la recaudación fiscal, que se estima en más de 1.000 millones de euros anuales.
Cabe mencionar que la medida incluirá excepciones para el gasóleo profesional, utilizado principalmente por transportistas. Además, el Gobierno podría incluir cláusulas para moderar la subida en caso de que el precio del gasóleo superase los 2 euros por litro durante dos meses consecutivos, un escenario que dependerá en gran medida de las dinámicas del mercado global.
El «impuestazo al diésel» de 2025 no solo supondrá un golpe directo al bolsillo de los conductores, sino que también avivará el debate sobre la fiscalidad ambiental.