Malas noticias para los propietarios de un diésel. 5 euros más por depósito es lo que nos podría costar repostar nuestro automóvil en 2025. Hacienda ultima los detalles de una subida de impuestos que aumentará el gravamen sobre el gasóleo, el «impuestazo al diésel». Ahora bien, ¿cómo y cuándo se abordará esta subida? ¿Qué pagaremos realmente por cada litro de diésel en 2025?
¿Qué es el «impuestazo al diésel»?
Impuestazo al diésel. 2025 se perfila como un año clave para los conductores de diésel en España, debido a la aplicación del conocido coloquialmente como «impuestazo al diésel». Este incremento fiscal, destinado a equiparar los gravámenes entre el gasóleo y la gasolina, está cada vez más próximo que nunca a su promulgación.
¿Cómo afecta el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos?
Gasóleo con gravamen de gasolina. El Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, regulado por la Ley 38/1992, grava actualmente el gasóleo con 307 euros por cada 1.000 litros, mientras que la gasolina paga un tipo más elevado, de 400,69 euros por cada 1.000 litros (Ley 38/1992 de Impuestos Especiales). La aplicación de esta nueva normativa supone la equiparación del gasóleo al tipo impositivo de la gasolina, incrementando el coste del gasóleo en 9,369 céntimos de euro por litro.
Doble imposición. Además, el IVA del 21% se aplica también sobre este impuesto, lo que eleva el impacto final al consumidor a unos 11,33 céntimos por litro.
Habrá subida de impuestos al diésel, ¿cómo se producirá?
Subida al diésel por real decreto ley. Hace tan solo unos días nos hacíamos eco de la subida de impuestos al diésel y apuntábamos que se realizará mediante un real decreto ley, según informó La Vanguardia. Este mecanismo legislativo, que está pensado para medidas de urgencia, evita el debate parlamentario ordinario. El Gobierno defiende que la medida responde a un compromiso con la Unión Europea y tiene el objetivo de reducir las emisiones contaminantes derivadas del uso de combustibles.
El debate en torno al «impuestazo al diésel» sigue abierto. En su entrevista del 18 de noviembre en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, respondió a Antonio García Ferreras cuando le preguntó: «¿Habrá subida al diésel? ¿Sí o no?». Su respuesta apuntaba a que el Gobierno estaba abierto al debate: “Ese es el esfuerzo de negociación que estamos haciendo ahora con los partidos, para aprobar un impuesto que no salió en la última votación de la reforma fiscal y que esperamos pueda salir. Ahí estamos en negociaciones con los grupos parlamentarios”.
Estas declaraciones muestran que, aunque la decisión parece tomada, su aprobación final podría depender del apoyo de los partidos en el Congreso.
¿Se negociará el «impuestazo al diésel»?
Una enmienda fracasada. La posibilidad de equiparar los impuestos aplicables a la gasolina y el gasóleo lleva planteándose desde hace años. La última vez que se propuso esta medida fue mediante la enmienda nº99 del Grupo Parlamentario Socialista, durante la tramitación de la denominada reforma fiscal. Pero en el proceso de valoración y votación de enmiendas fracasó.
Una medida impopular. Independientemente del posible beneficio medioambiental que implique aumentar el gravamen a los combustibles, es evidente que esta medida es altamente impopular y tendrá un impacto directo en el bolsillo de los conductores. El fracaso de la enmienda introducida en la reforma fiscal, junto con su impopularidad, hacen que se aleje la posibilidad de introducir el «impuestazo al diésel» con el acuerdo de los grupos parlamentarios.
Un golpe al bolsillo de los conductores
5 euros más por depósito de diésel. Para los conductores, la subida del gasóleo se traducirá en un mayor gasto en cada repostaje. Un depósito medio, de alrededor de 45 litros, implicará un coste adicional de más de 5 euros. Aunque el gasóleo profesional quedará exento de esta subida, los conductores particulares tendrán que afrontar este incremento en un contexto de inflación y precios energéticos al alza.
La implementación del «impuestazo al diésel» marcará un punto de inflexión en la fiscalidad de los combustibles en España. Con un impacto estimado de 11,33 céntimos por litro, esta medida no solo incrementará la recaudación fiscal, que podría aumentar en más de 1.000 millones de euros al año, sino que también avivará el debate sobre su efectividad en la reducción de emisiones contaminantes y su peso en los bolsillos de los ciudadanos.
Los próximos días serán clave. Mientras tanto, las negociaciones en el Congreso determinarán si este cambio se consolida definitivamente.
