El pasado mes de agosto, el conductor de un Tesla Semi tuvo un accidente con la cabeza tractora eléctrica en California. El conductor tenía los ADAS desactivados y se dirigía en camino a las instalaciones de Tesla en Sparks (Nevada, EE.UU.), donde estos camiones son producidos. Por razones no conocidas, el camión tuvo un accidente con salida de vía, resultante en un incendio de sus baterías. La National Transportation Safety Board del país anunció hace unos días las consecuencias del accidente, y la titánica tarea que supuso controlarlo.
200.000 litros de agua y un avión contra incendios
Por todos es sabido que un incendio en un coche eléctrico supone un enorme reto a los servicios de bomberos. Cuando una batería de alto voltaje comienza a quemarse, se produce una potente reacción química, que exige ingentes cantidades de agua y agentes retardantes para cesar. Hemos visto como en algunos casos, llega a ser necesario sumergir vehículos en depósitos de agua durante varios días. Las baterías de iones de litio tienen, además, un problema añadido: es común que el fuego pueda avivarse de nuevo, aunque pareciese extinguido.
Si en un coche eléctrico esto es un problema, la magnitud del incidente es mucho mayor si hablamos de un camión eléctrico con baterías de una capacidad enorme – en torno a 900 kWh en sus versiones de mayor autonomía. Cerca del Lago Tahoe, en una zona boscosa, el Semi comenzó a arder. Tres servicios de extinción de incendios y policía acudieron a la escena del accidente, donde tuvieron que emplear aproximadamente 50.000 galones de agua para extinguir el fuego y reducir la temperatura de las baterías.
Tesla Semi truck fire in Northern California last month took 50,000 gallons of water to extinguish. pic.twitter.com/CNeUQRBsvh
— Paul Harvey Predicts 🇳🇿NZ (@HicksKiwi) September 15, 2024
50.000 galones estadounidenses son casi 190.000 litros, para los que (afortundamente) usamos el sistema métrico. En el momento más virulento, el fuego llegó a alcanzar temperaturas superiores a los 500 grados centígrados. El incendio obligó a cortar la carretera durante 14 horas y exigió múltiples viajes a varios camiones cisterna de los bomberos – cuya capacidad habitual ronda los 10.000 litros. Esto no es todo: CAL FIRE tuvo que movilizar un avión contra incendios para rociar los árboles cercanos al siniestro, como medida preventiva.
Conviene recordar que la sequía que está viviendo California ha causado graves incendios recientemente. Por fortuna, el incendio del camión no se expandió a la masa forestal – ocurrió en una zona protegida, de especial importancia natural – gracias a la rápida actuación del equipo de bomberos. Una vez el fuego estuvo controlado, los restos del camión fueron remolcados a una zona despejada, y estuvo durante 24 horas en «observación» para evitar una posible reignición.
Fotos del Tesla Semi