Cualquier tiempo pasado…¿fue mejor? Cada vez con más frecuencia pronunciamos ese popular dicho, sobre todo si estamos hablando de la industria automovilística, que avanza a pasos -a veces demasiado- agigantados. Todos tenemos grabados en la mente modelos icónicos de antaño, que deseamos tener en nuestro garaje, que ocupan buena parte de nuestros pensamientos.
Cuando hablamos de descapotables, de cabrios, uno de los referentes es el SL de Mercedes, un mítico modelo que nació hace más de 60 años -1954- con el mítico 300 SL «alas de gaviota», que derivaría un par de años después en el 300 SL Roadster, la primera variante de la familia SL, un ilustre apellido que se ha mantenido hasta nuestros días.
El protagonista de nuestro artículo es una unidad de 500SL matriculada por primera vez en el año 1989, perteneciente a la generación R107. Se trata, de hecho, de una de las últimas unidades fabricadas de la mencionada generación antes de que su sustituto, el R129, viera la luz. Cierto, es un 500SL, del cual hay miles y miles de unidades en todo el mundo y que a priori, siendo especial, no lo es tanto como para llamar nuestra atención por sí misma.
La máquina del tiempo
Error. Lo es, vaya que sí lo es. Lo es desde el momento en el que está a la venta en una conocida casa de subastas –Hexagon Classics– por un precio que a día de hoy alcanza las 99.500£, equivalentes a unos 115.000€. Esta cifra tan chocante apenas suponen 4.000€ menos de lo que cuesta un SL si lo encargamos en el concesionario hoy mismo.
¿Por qué este precio? Fácil. No hay más que fijarse en su cuentakilómetros, estancado en 950 millas, unos 1.600 km. Sí, este 500SL con 28 años a sus espaldas ha recorrido en su longeva vida nada más y nada menos que unos ¡57! kilómetros cada año. Desde luego, una auténtica cápsula temporal por la que no ha pasado el tiempo.
El estado, al menos a juzgar por las fotografías que acompañan el anuncio, es envidiable, al menos estéticamente. Las atemporales líneas del R107 mantienen intacto su atractivo tanto en el interior como en el exterior, conservándose como recién salido del concesionario cuando este humilde redactor ni siquiera había nacido.
El equipamiento de este cabrio biplaza se podría comparar -con lógicas reservas- con el de un vehículo de hoy día, ya que monta sistemas como airbag (sólo para el conductor), cambio automático de cuatro velocidades, asientos con calefacción o control de crucero, entre otros elementos. Ojo, estamos hablando de un vehículo concebido a finales de los 60 y lanzado a principios de los 70, aunque esta unidad sea más joven.
Bajo el capó, el 500SL esconde un gigantesco 5.0 V8 atmosférico que por aquel entonces resultaba ciertamente novedoso, ofreciendo 240 CV y unos muy generosos 400 NM directos al eje trasero, que le otorgaban unas prestaciones de primer orden, siempre con una suavidad propias de un Mercedes de la época. ¿Nadie se anima con este roadster? Seguro que está deseando estirar las piernas…