Que Infiniti tiene grandes planes para estar a la altura de sus rivales europeos en cuanto tecnología, variedad de modelos, y productos aspiracionales, es un hecho. Hablando de productos aspiracionales, estaréis conmigo en que pocos vehículos resultan tan atractivos como el Infiniti Q60, un coupé que sustituye a aquellos G37 de antaño que de vez en cuando se dejaban ver, y oír, con su sonoro motor Nissan de seis cilindros en uve. Pero no hay nada tan aspiracional como un deportivo de pura cepa, potente, rápido, y exótico. Y ese es el principal objetivo del Infiniti Q60 Black S, la respuesta de los japoneses al BMW M4, el Mercedes-AMG C 63 Coupé y el Audi RS5, o incluso el Lexus RC F. Un coupé deportivo que superará los 500 CV de potencia con tecnología de Fórmula 1.
Infiniti quiere enamorarnos, porque sorprendernos ya lo ha conseguido. El Infiniti Q60 Black S es un coupé deportivo con muchísimo músculo, más incluso de lo que cabría esperar de las versiones más picantes de sus rivales alemanes. Su inspiración en la Fórmula 1, en un acuerdo con el equipo Red Bull que finalmente se ha reconducido hacia la colaboración técnica con Renault, exigía una imagen fuerte y potente. Fijaos en las extensiones de bajos, en lo cerca que pasa su carrocería del asfalto, en su alerón, en la brutalidad de su difusor trasero, digno de un GT de carreras, en sus salidas de escape, y en sus enormes entradas de aire en el frontal que, de toparse con un gorrión, se lo zamparían de un bocado. Llamadme loco, pero me recordó en algún aspecto a coupés tan brutales como el clásico Mercedes CLK DTM AMG.
Lástima que este Infiniti Q60 Black S sea solo un prototipo, aunque la posibilidad de que acabe llegando a los concesionarios está muy presente.
Pero lo mejor está bajo el capó. Infiniti habría aprovechado la tecnología de la Fórmula 1, y el haber sido uno de los desarrolladores del sistema de recuperación y entrega de energía del Renault R.S.17, para dotar a este prototipo de un sistema de recuperación de energía y un motor eléctrico capaz de entregar algo más de 100 CV de potencia.
De esta forma, y sumado a los 400 CV que entregará su motor V6 de 3.0 litros, twin-turbo mediante, estaríamos hablando de un coupé deportivo con algo más de 500 CV de potencia. En otras palabras, una bestia.
Esperemos que ese punto de locura que Infiniti ha tenido para preparar un prototipo así se traduzca, tal y como parece que sucederá, en un coupé deportivo de altos vuelos que podríamos ver en la calle en los próximos años.
Vía: Autocar.co.uk
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