¿Recuerdas nuestro roadtrip con el Ford C-Max? Hace unos meses nos fuimos de excursión con el monovolumen compacto de Ford por el Alto Tajo, un viaje para conocer a fondo a esta alternativa al Citroën C4 Picasso, a un Renault Scénic convertido ahora en SUV, al Toyota Verso y al KIA Carens que te relatamos en el artículo «Ford C-Max a prueba: rumbo al Alto Tajo con… ¿el monovolumen con mejor dinámica del mercado?«. No nos hemos resistido a rememorar aquel viaje a golpe de foto de Instagram, ya sabéis que desde hace un tiempo os contamos un poco más desde nuestro perfil, nuestra cuenta es @Diariomotor y de paso contaros algunas de las claves más importantes sobre este monovolumen con dinámica de compacto, factor, de hecho, que se convierte en una de las claves más relevantes de este modelo.
El parque natural del Alto Tajo se convirtió en el escenario perfecto para nuestra prueba, poniéndonos en el lugar de una familia lista para afrontar una escapada de fin de semana a este bonito paraje:
Desde el pueblo de Zaorejas descubrimos los alrededores del parque natural del Alto Tajo, con un Tajo cristalino, rodeado de frondosos bosques y una naturaleza bien viva, cruzándonos cada pocos kilómetros con ciervos, disfrutando del arrullo de los insectos y pájaros a la orilla del río.
Circulando por pistas, a baja velocidad claro, buscando los rincones más ocultos de este parque natural, el Ford C-Max nos brindó un alto nivel de confort incluso cuando el asfalto se mostraba más roto.
Sorprendentemente deleitándonos después, cuando abordábamos reviradas calzadas, con un grato rodar, con una buena dinámica, con un monovolumen estable, con un buen tacto de dirección, algo que, desgraciadamente, no suele abundar en su segmento.
Su rodar inspira confianza, seguridad, algo que sin duda se agradece en un vehículo familiar. En realidad se agradece en coches de toda condición, claro, pero cuando estamos ante un coche pensado para toda la familia aún más.
Bien aislado, ágil… más de un compacto gustaría de tener una dinámica así.
Su interior, estéticamente, sigue los patrones definidos por sus compañeros de marca, con esa consola central tan propia de Ford. Su sistema multimedia SYNC2, con pantalla táctil, se convierte en el centro de atención, bien enmarcada por dos aireadores de diseño vertical.
Sus ajustes son buenos y no faltan los materiales blandos aunque su aspecto se nos antoja un tanto recargado.
Hay multitud de huecos portaobjetos y, teniendo en cuenta su condición de monovolumen compacto, ofrece una buena habitabilidad.
La posición de conducción es algo elevada, bien para afrontar el tráfico en ciudad, pero penalizando ligeramente la experiencia en carretera, donde brilla, como mencionábamos, por su chasis. En las plazas traseras nos encontramos con unas mesas plegables, bien dispuestas para que los más pequeños de la casa jueguen (aunque no son todo lo firmes que nos gustarían).
Así es la vista de su navegador:
Su maletero queda posicionado en la parte media del segmento. Tiene 471 litros, no tendrás problemas en viajar con toda la familia o cargar con toda la compra del mes, pero hay alternativas con mejor maletero, como el KIA Carens o el Volkswagen Golf Sportsvan.
Nuestra unidad contaba, bajo su capó, con el motor 1.5 TDCI de 120 caballos, una mecánica diésel con una respuesta suave, con un buen rendimiento teniendo en cuenta sus especificaciones y el tipo de coche ante el que estamos, con capacidad para afrontar un buen ritmo en cruceros, con el suficiente empuje para abordar adelantamientos sin problemas…
¿Y su consumo? Durante nuestra prueba coqueteó con los 5 l/100 km aunque tras una buena jornada en ciudad, peleando con el tráfico, era fácil verlo por encima de los 6 l/100 km. Por suerte lo vimos más tiempo por debajo de los 6 l/100 km que por encima.
En cuanto a equipamiento nuestro Ford C-Max contaba con el acabado Titanium, un acabado bien resuelto en cuanto a equipamiento y que llega con un precio de partida, actualmente, de 20.575 euros con descuentos.
Sin aplicar descuentos su precio estaría en los 25.075 euros. Meses atrás cuando lo probamos su precio era ligeramente inferior, partiendo desde los 19.600 euros. Además nuestra unidad cuenta con un buen repertorio de extras, como el techo solar, el portónt rasero automático, las ópticas bixenón, el sistema de cámara trasera, la tapicería de cuero…
Un buen equipamiento, una mecánica perfecta para luchar con los trayectos diarios (sobre todo si estos trayectos diarios implican un recorrido medio con alguna vía interurbana o algo de autopista donde salga a reducir la ventaja del diésel) y con algún que otro viaje de fin de semana, una gran dinámica, una buena habitabilidad…
Sí, nos ha gustado el Ford C-Max como alternativa entre los monovolúmenes compactos, un segmento que tiene que resistir el envite de los SUV y que sigue apostando por la habitabilidad como mejor argumento, factor al que, en el caso del C-Max, debemos sumarle ese buen “pisar”.
Recuerda que puedes leer la prueba completa en el artículo “Ford C-Max a prueba: rumbo al Alto Tajo con… ¿el monovolumen con mejor dinámica del mercado?” y seguir cada una de nuestras pruebas, antes de que las publiquemos, en nuestra cuenta de Instagram, @Diariomotor, donde además estaremos encantados de conversar contigo sobre los coches que estamos probando.