Cuando llevamos nuestros coches a la ITV, normalmente para la revisión anual, se inspeccionan sobre todo aquellos elementos relacionados directamente con la seguridad. Se inspeccionan los frenos, la dirección, el alineado, los bajos… pero hay partes vitales que no siempre se investigan a fondo.
Una inspección profunda, pero con detalles que se pueden escapar a la comprobación visual
En el manual de procedimiento de inspecciones de la ITV, además de los documentos de identificación del vehículo, se revisa el estado tanto de los elementos de la carrocería, como los retrovisores y el correcto funcionamiento del sistema de iluminación, como elementos del interior tales como los anclajes de los asientos, cinturones y otros aspectos. También se revisa la prueba de gases, donde en Madrid fallan un 8,8% de los coches que son llamados a revisión (InfoMadrid ITV).
Los frenos, dirección, ejes, ruedas, neumáticos y suspensiones también se encuentran incluidas en el manual, así como el motor y la transmisión. Ahora bien, hay un aspecto a tener en cuenta: en muchos casos, muchas comprobaciones son visuales – es decir, si hubiera defectos que no se hicieran patentes durante la revisión, podrían no ser anotados y llevar a pasar la inspección.
Esto, que podría ser un motivo de alegría para quien pasa la ITV, al mismo tiempo puede no serlo. Pongamos un ejemplo: unos amortiguadores vencidos que, desde el foso, no aparenten un desgaste severo. Ahora bien, a la hora de salir por carretera, al no funcionar estos amortiguadores como deberían, habrá continuos movimientos de la carrocería, vaivenes a la hora de acelerar o afrontar baches ya que la suspensión no actúa como debería (o ni actúa).
Es decir, aunque la inspección de la ITV hoy día está muy avanzada, pudiendo detectar silentblocks o manguetas en mal estado que podrían darnos un gran disgusto, no es minuciosa al 100%. Con esto hay que tener cuidado, pues implicaría circular por ciudad o salir por carretera con vehículos que no están en perfecto estado de revista, sino con deficiencias dinámicas claras.
Un chequeo a tiempo puede evitar desgracias
Ante esta situación, conviene acudir a un taller de confianza para cerciorarse de que no haya problemas más o menos ocultos que afecten a la seguridad de la marcha. El ejemplo de las suspensiones es bien claro: sin los amortiguadores trabajando, una simple maniobra de esquiva podría tener consecuencias de todo tipo.
También ha ocurrido con los ya obligatorios sistemas ADAS, con elementos que dependen de sensores, radares, LiDAR o cámaras. Si, por ejemplo, un sensor no está calibrado según las indicaciones del fabricante, podría dar lugar a fallos o anomalías que supongan un verdadero peligro en carretera. Hoy día se revisan algunos de estos sistemas, sobre todo los que son obligatorios en los coches fabricados desde julio de 2022 en adelante.