Hubo una época en la que Jaguar pudo haber competido sin tapujos con coches como el Ferrari LaFerrari, el Porsche 918 Spyder o el McLaren P1. Sin embargo aquel sueño húmedo no llegó a materializarse, al menos no del todo, y es que gracias a la firma Callum, a las películas de James Bond y a un adinerado enamorado del Jaguar C-X75, la historia del heredero espiritual del Jaguar XJ220 tendrá un final muy feliz.
El superdeportivo de Jaguar capaz de rivalizar con lo mejor de su época
Fue en el salón del automóvil de París de 2010 cuando Jaguar descubrió por primera vez al espectular C-X75, un coche que se presentaba al mundo como un revolucionario superdeportivo impulsado por nada menos que cuatro motores eléctricos alimentados por dos turbinas de gas. El éxito fue instantáneo, llegando a plantearse Jaguar la producción en serie de este coche para una tirada de 250 unidades.
Así es como, junto a Williams Advanced Engineering, la firma británica presentaba en 2011 una evolución del C-X75 más cercana a lo que sería su versión de producción. Su esquema de propulsión pasaba ahora a contar con dos motores eléctricos, empleando como generador un motor 1.6 Turbo. El resultado de tan exótico esquema era de 850 CV y 1.000 Nm, suficiente poderío para catapultar al C-X75 hasta los 330 Km/h, firmando un 0-100 Km/h de 3,4 segundos.
Sin embargo la historia no tendría un final feliz, pues en 2012 Jaguar confirmó la cancelación del proyecto dada la crisis económica que asolaba al mundo. Eso sí, dada su relevancia a nivel de imagen, con motivo de la grabación de la película James Bond Spectre, Jaguar encargó a su división Special Vehicles fabricar siete unidades del C-X75 para participar en el filme como montura del villano. Sólo cuatro de ellas sobrevivieron, pero únicamente una era totalmente funcional.
De usar 4 motores eléctricos a un V8 de vieja escuela
Con el número de chasis 007, el Jaguar C-X75 finalmente sí que tuvo una versión de «producción», manteniendo intacto el diseño de su carrocería, aunque recurriendo a un chasis tubular hecho a mano, un espartano interior y un motor 5.0 V8 Supercharged. Este coche no tenía el glamour prometido por los prototipos, pero a cambio era el único C-X75 conducible y por ello en diciembre de 2021 fue vendido a un coleccionista por alrededor de 1 millón de euros.
El único problema que tenía esta unidad es que en realidad nunca fue creada para ser conducida por la calle, motivo por el cual este Jaguar C-X75 no podía ser homologado para tal fin. Sin embargo, cuando el dinero no es un problema, los sueños se hacen realidad, descubriendo así el feliz final que ha tenido este superdeportivo.
A través de la firma Callum, fundada por el diseñador Ian Callum, que además es padre del diseño del C-X75, el propietario del Jaguar C-X75 ha conseguido convertirlo en un coche con homologación para circular por carretera en Reino Unido.
Para lograrlo, en Callum dicen haber realizado cientos de cambios y mejoras sobre el C-X75, manteniendo intacto su diseño, pero revisando toda su carrocería, pintura, tolerancias, iluminación, medidas de seguridad, etc. A ello se suma la adición de unos retrovisores de verdad, pues los instalados originalmente eran de gomaespuma, un sistema de escape catalizado y con silenciador, nuevo mapa motor o una revisión de las suspensiones para ajustar su tarado y altura.
Así, y tras pagar una cuantiosa suma de dinero, el Jaguar C-X75 es por fin un superdeportivo con todas las de la ley.