Es posible que estemos ante uno de los lanzamientos de un coche más sonados, es indiscutiblemente polémicos, de los últimos años.
Jaguar se reinventa con uno de los lanzamientos más polémicos, y sonados
Por las palabras. Ya sea porque a partir de ahora Jaguar solo será eléctrica, lo cual es siempre delicado para un fabricante con tanta historia como este. Por una de las acciones publicitarias más controvertidas, pero también con mayor alcance, en mucho tiempo, en la que sin mostrar ningún coche Jaguar consiguió estar en el centro de la conversación pública. Conversación pública que en muchos casos no se postuló a su favor.
Y hete aquí los hechos. Por fin vemos un coche y podemos comenzar a juzgar, con argumentos más sólidos, el devenir de una marca que ha tomado muchísimos riesgos, por una apuesta temprana por el todo eléctrico, por una renovación completa y profunda de su imagen y, tal y como salta a la vista, por una nueva identidad visual para sus coches.
Type 00, el preludio de la nueva Jaguar
Lo que ves es lo que es. El Jaguar Type 00 es exactamente la imagen de lo que será Jaguar a partir de ahora. Se trata de un prototipo, lo cual implica que no llegará tal y como se presenta en estas imágenes a los concesionarios, ni lo veremos circulando por nuestras carreteras de esta guisa. Pero sí que podemos confirmar que debería ser una visión bastante certera que nos anticipa el primer modelo de esta nueva era Jaguar.
Un gran turismo de cuatro puertas. El Type 00 es el preludio de un GT de cuatro puertas. Se presentará a finales de 2025 y se producirá en Reino Unido. No será un producto para todos los públicos y para todos los bolsillos. Se espera que recorra 770 kilómetros con una carga completa y que su precio ronde, como poco, los 100.000 euros.
Estamos ante la reinvención de Jaguar, que ya no solo aboga por el todo eléctrico, sino también por alejarse del mercado premium de volumen, que abrazase a lo largo de todo este siglo, desde su época bajo el amparo de Ford, hasta ahora, en su era Tata.
Futurista. Jaguar nos presenta un ejercicio de diseño futurista, de superficies redondeadas, aletas sobredimensionadas, llantas de 23 pulgadas, superficies limpias que no rompe ningún otro elemento, hasta el punto de haber prescindido incluso de luna trasera para conseguir que el techo se prolongue real y completamente hasta una zaga con unos pasos de rueda enormes y una abrupta caída vertical.
Guiño a los clásicos, que sí se hace presente en una silueta fastback, con un habitáculo muy retrasado para propiciar el empleo de un capó enorme. Un capó que en el pasado era un requisito indispensable para coches como el Jaguar E-Type, el que para muchos es el coche más bello jamás creado, que lo necesitaban para alojar su motor. Y que hoy podría parecer innecesario para otra cosa que no fuera la impresión estética, que en el caso que nos ocupa es sencillamente imponente.
Siempre tratamos de evitar ser una cadena de transmisión de mensajes publicitarios, de puro marketing. Pero en su nota de prensa Jaguar apela a adjetivos como exuberante, modernista y convincente.
«Una nueva familia de Jaguars que no lucirán como nada que hayas visto hasta ahora»
El diseñador y «Professor» Gerry McGovern, director creativo de Jaguar, asegura que la marca británica «ha puesto la primera piedra de una nueva familia de Jaguars que no lucirán como nada que hayas visto hasta ahora». En estas últimas semanas Jaguar, de hecho, ha insistido una y otra vez en un lema, el «Copy Nothing», apelando al mito fundacional del Sir William Lyons, padre de la marca, que creía que un Jaguar no debería ser la copia de nada y que sus coches debían considerarse una forma de arte.
A bordo, un diseño aún más futurista y limpio, con un salpicadero dominado por un volante y dos pantallas, por materiales y colores cálidos y agradables.
Del prototipo a la calle aún habrá un largo trecho. Podemos asegurar que el modelo definitivo que conoceremos en 2025 no tendrá dos, sino cuatro puertas. Veremos cómo encajan algunas de sus formas, si conservará un capó alargado, esas aletas prominentes, y ese techo de estilo visera con ligera caída hasta la zaga. También otros detalles caprichosos, como la ausencia de luneta posterior, que más allá de lo exóticos son viables, gracias al empleo de pantallas y cámaras.