El Jaguar XJ220 es uno de los grandes superdeportivos de los años 90, y habitualmente, es comparado con iconos como los Bugatti EB110, McLaren F1 o Porsche 959. Sin embargo, el Jaguar XJ220 podría haber sido muy diferente – y aun más puntero – al producto que fue lanzado al mercado en 1992. De hecho, el XJ220 fue víctima de grandes recortes presupuestarios y una gran crisis financiera. Aun así, en 1995, un año después de su fin de producción, se fabricó una única y desconocida «cara B» del supercoche inglés. Ignota, exótica y muy cambiada.
Debemos, antes de nada, contextualizar el Jaguar XJ220. Fue anunciado a finales de los años ochenta por Jaguar, y mientras su desarrollo tenía lugar, una crisis financiera mundial golpeó con fuerza la burbuja de los coches exóticos, que hasta entonces no hacía más que inflarse. La idea original de Jaguar era un supercoche con motor V12 y tracción total, pero las restricciones presupuestarias y la devolución de depósitos a muchos clientes hicieron que para mantener a flote el proyecto, hubiera que practicar recortes en la ambición técnica del XJ220.
El mayor recorte fue la sustitución del V12 atmosférico por una versión turboalimentada del motor V6 del Metro 6R4 del Grupo B, un V6 de 3,5 litros que acabaría desarrollando 550 CV. Los recortes también se llevaron por delante la tracción total o las puertas de apertura vertical del concept. En última instancia, solo se fabricarían 282 unidades del coche, uno de los volúmenes de producción más bajos de sus coches coetáneos. Sin embargo, se retuvo su espectacular diseño y unas prestaciones de órdago. Pese a todo, consiguió ser un icono.
En 1995, al Sultán de Brunei se le encaprichó un XJ220. Pero no quería un XJ220 cualquiera. Quería un coche único, para engrosar su colección de vehículos a medida y one-off – con toda seguridad la colección más especial y desconocida del mundo. Para ello, contrató a Pininfarina con el objetivo de crear un XJ220 único. Su creación era un coche más corto, con una carrocería completamente rediseñada. Llama la atención la nueva zaga – conservando un alerón integrado en el diseño – o el frontal, con ópticas más afiladas.
Pininfarina encargó al carrocero Coggiola la construcción de los nuevos paneles de la carrocería, e Italtecnica suministró una caja de cambios secuencial de origen Williams. El coche perdió su cambio manual, pero ganó efectividad con cambio por levas tras el volante. El interior fue completamente rediseñado, con una instrumentación, salpicadero y consola central completamente nuevos. Esto permitía al Sultán olvidarse de las piezas compartidas con otros productos de Land Rover o Jaguar, montados como solución de ahorro de costes.
Hasta donde se sabe solo se fabricó esta unidad para el Sultán de Brunei, y el secretismo que rodeó al proyecto hizo que solo existan cuatro fotos «oficiales» del coche – de calidad cuestionable – y un puñado más de fotos que Paolo Garella publicó, tomadas durante su proceso de desarrollo. El paradero del coche es desconocido a día de hoy, y posiblemente sigue oculto en algún garaje del Sultán. Este proyecto muestra en lo que el XJ220 pudo haberse convertido, con un presupuesto ilimitado y tiempo. ¿Prefieres este diseño al original de Jaguar?
Fotos del Jaguar XJ220 del Sultán de Brunei
Fuente: Jalopnik