Hoy en día no vas a encontrar Jaguar nuevo con motor de combustión, al menos no uno deportivo – eso se terminó con el final de la producción del F-Type, despidiéndose al mismo tiempo tanto el XE como el XF con los que habían rivalizado con otras marcas Premium del mercado como BMW, Mercedes o Audi. Por tanto, en el mercado uno puede encontrarse alguna joya entre los vehículos usados. Y una de esas joyas, yéndose algo más atrás en el tiempo, es el Jaguar XKR de segunda generación, el que continuaba el legado del XKR original y, a su vez, del mítico XJS.
El Jaguar XKR, potenciado gracias al uso de un supercharger como era tradición en Jaguar
Los XK, en general, compartían el chasis de aluminio y paneles de la carrocería con el XJ, el grand tourer para ejecutivos de Jaguar en aquellos años. En el caso particular del XKR era algo más ancho y más largo que el XK convencional gracias a sus mejoras aerodinámicas. No sólo eso, sino que era 91 kilogramos más ligero gracias al uso de materiales más espartanos. Estéticamente, el XKR hacía alusiones al que posiblemente es el Jaguar más icónico de todos: el E-Type original de 1961.
El XKR era, en definitiva la variante que ganaba un carácter deportivo al incorporar un supercharger al 4.2 V8 del XK, marca de la casa del felino, en las unidades producidas entre 2005 y 2009, que en el caso del XKR llegaba a los 410 caballos y 560 Nm de par motor. Para 2008 se lanzaría al mercado el XKR-S aún más salvaje, elevándose la potencia hasta los 414 caballos y alcanzando los 300 kilómetros por hora. En los XKR se prescindía del acabado de madera de los XK normales para conseguir la reducción de peso deseada.
Para 2009 llegó el restyling y, con ello, un nuevo motor 5.0 V8 que reemplazaba al 4.2. Con el supercharger consecuente, el XKR llegaba a dar unos 503 caballos y 625 Nm de par motor, potencia que se elevó hasta los 523 en el caso del XKR 75 y hasta los 542 en el caso del XKR-S. En los XK normales la velocidad máxima estaba limitada electrónicamente a 250 kilómetros por hora, mientras que en el XKR se limitaba a 280 y el XKR-S alcanzaba exactamente 300 kilómetros por hora. Todos ellos llevaban una caja de cambios automática de seis marchas de ZF, siendo evolucionada para cuando llegó el restyling.
Después de casi una década y el lanzamiento de varias versiones especiales, la producción del XK de segunda generación finalizó con una tirada de cincuenta unidades, llamada ‘Final Fifty, 25 coupés y 25 descapotables con una placa conmemorativa firmada por su diseñador, Ian Callum. El XK no fue reemplazado técnicamente por el F-Type pese a ser ambos de corte similar, pues de hecho convivieron juntos en el abanico de modelos de Jaguar durante un par de años.
Un vehículo potente en el mercado de segunda mano
Lo que nos lleva a que, a día de hoy, se puedan encontrar unidades en el mercado de ocasión del Jaguar XKR de segunda generación por una horquilla de entre 21.000 y 29.000 euros – incluso por menos de 40.000 euros es posible encontrar algún XKR-S, distinguible por las entradas de aire del capó y su paragolpes delantero mucho más agresivo. Sin duda, es una apuesta interesante que, por un precio razonable, permite tener un deportivo con más de 500 caballos en el caso de las versiones 5.0 V8.