Ken Saito, ministro de Economía, Comercio e Industria de Japón, afirmó a los reporteros que el gobierno del país del sol naciente destinará unos 350 mil millones de yenes (el equivalente a unos 220,71 mil millones de euros) para potenciar la producción de baterías para coches eléctricos. Lo hará a través de doce proyectos de almacenamiento de baterías, los elementos de las mismas, materiales o equipamiento de producción. Un movimiento que recuerda en cierto sentido, tanto por sus parecidos como por sus diferencias, por China en años recientes (Reuters).
Japón invertirá más de 220 mil millones de euros para aumentar la producción de baterías de coches eléctricos
Según medios japoneses, esta inversión tiene la intención de aumentar en un 50% la producción de baterías de 80 GWh a 120 GWh, además de que se aumente la producción de coches eléctricos en sí. Toyota tenía la intención de vender 1,5 millones de vehículos eléctricos para 2026, pero en declaraciones recientes ha afirmado que su reto se ha rebajado hasta el millón. Algo que no deja de ser llamativo dado que en 2023 vendió 104.000 eléctricos en todo el mundo, un 1% de su volumen de ventas total (Reuters).
Nissan Ariya
El gobierno, de esta manera, apoyaría las inversiones realizadas por Toyota o Nissan, así como el proyecto conjunto entre Panasonic, Subaru y Mazda. En el caso de Toyota, la marca invertirá unos 245 mil millones de yenes (1,54 mil millones de euros) en su subsidiaria Prime Planet Energy & Solutions así como en Primearth EV Energy para el aumento de la capacidad de producción para baterías de estado sólido así como baterías prismáticas.
El fruto de esta inversión debería verse no más tarde de 2026, cuando Toyota comience a fabricar baterías de estado sólido. Para 2028 Nissan fabricará vehículos pequeños que utilicen baterías LFP previo certificado de su gobierno, contando con 55,5 mil millones de yenes de apoyo del estado. Panasonic, actual suministradora de baterías de Tesla, suministrará a Subaru baterías de ion litio de 2028 en adelante salientes de una fábrica en Osaka, así como baterías para Mazda que estos mismos se encargarán de empaquetar.
Es, por tanto, notablemente diferente del modelo chino, en el que destinaron miles y miles de millones de yuanes para facilitar que las empresas creasen vehículos eléctricos a bajo coste. Ya fuera con la cesión de tierra, abaratamiento para la obtención de las baterías u otros tipos de subvenciones, lo que ha originado una guerra salvaje por ver quien sobrevive bajando los precios hasta trabajar con márgenes de beneficios muy escasos, aprovechando estas ayudas del gobierno para exportar coches a Europa (los que están preparados para ello).
Diferencia clave entre Japón y China
Es por esto por lo que, en teoría, la inversión del gobierno japonés no debería repercutir en Europa de la manera que ha ocurrido con China con todo el asunto de los aranceles por parte de la Unión Europea (aranceles que, de nuevo, varios países y fabricantes de automóviles estaban en contra de su establecimiento). En este caso no se aprovechan las propias subvenciones para ofrecer un producto que, potencialmente, desestabilice a los fabricantes europeos.