No sólo en España y los demás países miembros de la Unión Europea se está viviendo un gran presión por parte de las instituciones para adoptar la completa movilidad eléctrica casi «a las bravas», y es que si recordáis, ya os contamos los planes de Reino Unido de prohibir los coches diésel y gasolina para 2030, y para 2035 los híbridos enchufables. Pues bien, desde Japón nos llega un titular casi idéntico.
Esta prohibición se debe a la estrategia del gobierno japonés de descarbonización y electrificación de la sociedad para alcanzar la neutralidad en emisiones de dióxido de carbono para el año 2050, declarando fuentes del mismo que «la era en la que lidiar con el calentamiento global se considera una restricción al crecimiento global se considera una restricción al crecimiento económico ha llegado a su fin. Ahora es el momento en que lo consideramos una oportunidad de crecimiento.»
Así pues, la idea de Japón es prohibir la venta de coches de gasolina a lo largo de la década de 2030, señalando algunas voces el 2035 como año elegido, incentivando la compra de los vehículos eléctricos y promoviendo la creación de más puntos de carga. Además, y con vista a que la electricidad que consumen esos coches tenga un origen «verde», pretenden incrementar la producción de energía eólica a 10 GW en 2030 y a 45 GW en 2045. No obstante, en esta movilidad alternativa que plantea el gobierno japonés también tiene cabida los vehículos de pila de hidrógeno, otra fuente de energía que también piensan beneficiar.
De hecho, y aunque este planteamiento puede parecer una utopía desde nuestra perspectiva, Japón ya cuenta con antecedentes similares, pues en los años 90 y principios de los 2000 ya lograron casi erradicar el diésel por completo con importantes campañas para penalizar su uso y compra.
El presidente de Toyota afirma que el coche eléctrico está sobrevalorado
Curiosamente, este anuncio del gobierno japonés se ha producido casi a la par de unas interesantísimas declaraciones de Akio Toyoda, el presidente de Toyota y nieto del fundador de la misma. Toyoda afirmó que el coche eléctrico está sobrevalorado, y que existe un excesivo clamor por el mismo. Así pues, si la industria del automóvil se focalizase en sólo en la producción de los mismos de la noche a la mañana colapsaría, provocando la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Además, también hizo hincapié en el coste de emisiones que a día de hoy supone producir un coche eléctrico, así como que se generar un infraestructura para su recarga sólo en Japón supondría un coste de entre 135.000 y 358.000 millones de dólares, sin olvidar que si todos los coches que existen actualmente en el país del sol naciente la electricidad se agotaría en sólo unos meses.
Por tanto, podemos de suponer que con esas declaraciones Toyoda ya ha contestado al gobierno de su nación, y muy posiblemente todos los demás fabricantes compartan la misma postura, y es que aunque Toyoda es conocido por su afición personal al mundo del motor, por otro lado la marca que preside lleva la electrificación por bandera, de la cual está obteniendo grandes beneficios dados los acuerdos que posee con otras como Suzuki o Mazda para compartir su tecnología híbrida.
Fuentes: EuropaPress | La Razón