El carnet de conducir, ese trámite que consiguió que millones de jóvenes ansiasen tener 18 años para poder afrontar los exámenes y disfrutar de la libertad que te brinda el coche. Pues muy a nuestro pesar la mentalidad de los jóvenes de hoy en día está cambiando en este aspecto, dejando clara una postura negativa en lo que a obtener el permiso de conducir se refiere. Y es que la mitad de ellos no se lo han sacado por dos motivos muy claros: el auge de la movilidad compartida y el precio del carnet de conducir.
No es ningún secreto que obtener dicho documento implica un alto desembolso, el cual puede coquetear con los 1.400 euros dependiendo de lo bien o mal que se nos de examinarnos. A esto debemos sumarle el precio de adquirir un vehículo y mantenerlo, otra razón de peso para que los jóvenes de hoy en día no se molesten en intentar obtener el carnet de conducir. Pero vamos a los datos puros y duros para descubrir qué está pasando exactamente.
¿Por qué los jóvenes no se sacan el carnet de conducir?
Si echamos la vista unos años atrás, seguro que recordamos con nostalgia y agrado el coche de nuestros padres e incluso de nuestros abuelos, quienes pertenecen a una generación en la que el carnet de conducir era título indispensable en la cartera. Esta remesa de progenitores, concebidos entre 1946 y 1964, dan constancia de un 81% con carnet de conducir.
Si seguimos analizando registros, podemos apreciar que la tendencia a la baja se lleva experimentando desde hace más tiempo del que creemos. Concretamente, los que vieron la luz entre 1965 y 1985 solo un 78% tiene carnet de conducir, porcentaje que baja hasta un 74% si fijamos la vista en aquellos nacidos entre 1986 y 1995. Pero, ¿qué pasa hoy en día?
Los que datan de 1995 en adelante y tienen edad suficiente para poder examinarse del carnet de conducir, tan solo un 58% lo han obtenido. Es un registro considerablemente más bajo que el de la generación precedente, por lo que la la idea de que el carnet de conducir se vaya perdiendo poco a poco puede verse potenciada no solo por el precio que implica, sino también por el auge de otros sistemas.
La movilidad compartida y el alto precio de tener un coche
Las asoladoras crisis se han encargado de dejar un panorama laboral complicado no solo para los jóvenes, sino también para cualquiera que busque regresar al mercado. Este contexto dificulta la tarea de tener un coche en propiedad, uno de los principales impulsores para obtener el carnet de conducir al fin y al cabo.
Y es que debemos tener en cuenta que adquirir un vehículo no solo es afrontar el precio de compra, sino también un mantenimiento, posibles averías, revisiones, sanciones…un sinfín de aspectos que encarecen esta situación y que no casan con el ya de por sí caro carnet de conducir.
Por supuesto debemos tener en cuenta el apogeo que está experimentando la movilidad compartida, sector que nos permite llegar a multitud de puntos de forma más barata y eficiente. Y es que ya no solo está presente la opción de utilizar el transporte público, sino también medios de transporte tales como patinetes, bicicletas y cada vez más servicios que pueden encargarse de decapitar al ya no tan deseado carnet de conducir.