Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha querido ir más rápido, más alto y más lejos. En el mundo del motor, fue el Bugatti Veyron el primer coche de producción en superar los 400 km/h y oficializarlos como la vara de medir de los hiperdeportivos. Podría argüirse algo similar, en el mundo de las motos, con las míticas Suzuki Hayabusa. No obstante, la moto de la que os quiero hablar hoy es mucho más rápida y radical. Cuesta 55.000 euros en España, tiene 326 CV y es un Bugatti Chiron de dos ruedas, siendo capaz de superar… ¡los 400 km/h!
Kawasaki H2R: un misil tierra-tierra con compresor y 326 CV
Superar los 200 km/h en una moto implica soportar en nuestro cuerpo una enorme presión aerodinámica, que todo pase muy rápido, y que no existe margen para el error. Si lo habéis vivido, es una experiencia visceral, cargada de adrenalina. No quiero imaginarme lo que sintió el piloto turco Kenan Sofouglu cuando en 2016 logró superar los 400 km/h en un viaducto cerrado al tráfico, sobre una Kawasaki H2R de serie. Esta es la protagonista de este artículo, una moto de 55.000 euros de precio, 326 CV de potencia, y más de 400 km/h de punta.
La H2R es la versión radical de la Kawasaki H2. Al contrario que la H2, la H2R no es una moto matriculable. Es una moto a la que solo podremos sacar el máximo potencial en un circuito. Kawasaki la define como una moto hiperdeportiva. Tiene un peso muy cercano a una superbike como la Honda CBR1000RR Fireblade, pero en vez de tener una potencia en el entorno de los 200 CV, su motor de 998 cc y cuatro cilindros desarrolla la friolera de 326 CV a 14.000 rpm. Esto es posible gracias a que está sobrealimentado por un compresor centrífugo.
No es un turbocompresor, es un compresor volumétrico, que funciona en todo el rango de revoluciones. Esto permite que el extra de potencia este disponible a cualquier régimen, además de estar acompañado de 165 Nm de par motor a 12.500 rpm. Si equipamos la moto con un sistema ram-air para su admisión, la potencia aumenta hasta los 326 CV. Son cifras de un deportivo de cuatro ruedas realmente serio, en una moto de 216 kilos de peso. La relación peso potencia es inferior al kilo por caballo. Es una absoluta barbaridad.
El 0 a 100 km/h sucede en menos de tres segundos, pero es más impresionante saber que el 0 a 300 km/h sucede en menos de 12 segundos. En cuanto a la velocidad punta, lo realmente complicado es encontrar un circuito con una recta lo suficientemente larga – y un piloto lo suficientemente valiente – para siquiera acercarse a los 400 km/h. Como seguro que entenderás, el diseño de la moto y su parte ciclo están completamente supeditados a sus absurdas prestaciones. Su carenado es muy agresivo, pero es necesario para mantener una buena estabilidad a alta velocidad.
La parte ciclo es de máximo nivel. Consta de una horquilla invertida delantera de 43 mm de diámetro (ajustable en compresión, extensión y precarga), y un amortiguador trasero Uni-Trak Öhlins TTX36, también completamente ajustable. El equipo de frenado consta de dos discos delanteros de 330 mm, con pinzas Brembo M50 monobloque de cuatro pistones, además de un disco trasero de 250 mm. Se puede adquirir con slicks, de hasta 190 mm de sección en el eje trasero. Dispone, lógicamente, de ABS desconectable y un control de tracción con tres modos.
Todos sus componentes son de máxima calidad, son de desarrollo propio o están firmados por especialistas de primer nivel, y la fibra de carbono abunda en su construcción. Es una moto orientada a un uso exigente en circuito, y por tanto, no solo no se puede matricular, si no que carece de retrovisores, asiento para acompañante o una instrumentación TFT con una gran pantalla. Este misil de dos ruedas, sin rival alguno en el mercado, cuesta la friolera de 55.000 euros. Para su exclusividad, prestaciones y enfoque… ni siquiera parece descabellado.