Europa es un mercado que ha dado prácticamente la espalda a las berlinas. Hace unos años eran uno de los segmentos de referencia, pero el auge de los SUV han hecho desaparecer del mercado a gran parte de las berlinas – al igual que han hecho lo propio con los monovolúmenes y familiares. Y es una verdadera pena, porque Europa se va a perder coches como el nuevo KIA K5. El K5 es el sucesor del KIA Optima, y acaba de ser presentado para el mercado estadounidense, donde se pondrá a la venta con motores de hasta 290 CV, mucho diseño, y mucha tecnología.
El KIA K5 está construido sobre la misma plataforma que el Hyundai Sonata, otra berlina que echamos de menos en Europa, especialmente en su versión híbrida. La plataforma N3 de Hyundai-KIA ha permitido al KIA K5 crecer en longitud – su batalla es 46 mm más larga – y en anchura con respecto al Optima, reduciendo su altura total en 20 mm. Su diseño es agresivo y personal, con un frontal en el que destacan las ópticas y su curiosa firma LED. Su calandra es alargada y en el caso de las versiones, GT, oscurecida y con una malla interior muy deportiva. Nos gusta.
Puede montar llantas de hasta 19 pulgadas, y su perfil lateral sí guarda algún rasgo en común con su predecesor, especialmente en el pilar C, cuya parte superior es recorrida por un cromado que desemboca en la zaga. La zaga nos gusta, con una óptica LED que recorre el ancho del coche al completo, de forma elegante y deportiva. La versión GT tiene un paragolpes específico, con un difusor funcional y cuatro colas de escape. Estos escapes son muy reales, no son embellecedores – una de esas modas de diseño que tanto aborrecemos en el actual panorama automovilístico.
El interior de los KIA K5 es uno de los más tradicionales del fabricante coreano. Curiosamente, no hay una instrumentación digital, si no una instrumentación analógica con una pequeña pantalla multifunción TFT en color. En la consola central, orientada al conductor, se ubica una pantalla de 10,25″, parte del sistema de infotainment AVN de última generación. KIA ha creado un interior de una gran calidad aparente, ha mantenido mandos físicos para la climatización y una palanca de cambios tradicional. Además, hay más botones en el puesto de pilotaje que la media del segmento.
El motor de acceso en los KIA K5 será un 1.6 turbo de 180 CV, asociado a una caja de cambios automática de ocho relaciones, de nuevo desarrollo. Este motor manda su potencia al eje delantero pero en un futuro estará también disponible con tracción total inteligente. El motor tope de gama estará disponible solo en los K5 GT, y será un nuevo 2.5 turbo de cuatro cilindros, con 290 CV, asociado a un sistema de tracción total y a un nuevo cambio automático de doble embrague y ocho relaciones, el mismo que equipa la versión de acceso de la gama K5.
Esta mecánica permitirá a la berlina coreana hacer el 0 a 96 km/h en solamente 5,8 segundos. La versión GT contará con un control de chasis adaptativo y una puesta a punto específica. Los sistemas de seguridad activa están en lo que se espera de un coche del segmento, destacando un control de crucero adaptativo con centrado en el carril y funcionamiento asociado a datos GPS. El verdadero drama es que este KIA K5 no llegará al mercado europeo. Aquí nos tendremos que conformar con los todocaminos, crossover y sucedáneos que inundan nuestras carreteras.