Koenigsegg sigue trabajando para sorprendernos, con sus récords, con la pasión por la ingeniería de un hombre y su equipo, y con el afán de superación que requieren ambas cosas. Koenigsegg sigue dejando recados a otros fabricantes y otros deportivos de altos vuelos, incluido el Bugatti Chiron. Recados como alcanzar los 457,94 km/h en un Koenigsegg Agera RS, con una hazaña que ahora podemos contemplar desde dos nuevos ángulos, desde el interior del coche que lo consiguió, como el piloto que se encargó de hacerlo. ¿Aún hay alguien que dude que el Koenigsegg Agera RS es una de las máquinas más espectaculares jamás creadas?
En noviembre conocíamos que el Koenigsegg Agera RS había marcado un récord de velocidad: 444,6 km/h, lanzando un guante al Bugatti Chiron. Más tarde contemplaríamos cómo el Koenigsegg Agera RS alcanzó los 457,5 km/h con un vídeo de una cámara de acción exterior y ahora podemos constatar que acarició los 458 km/h, gracias a un nuevo vídeo y un mensaje de Koenigsegg, que se sigue reivindicando a base de récords.
¿Pero por qué hay tantas cifras diferentes, tantas velocidades máximas alcanzadas, y solo una válida para el récord, la de 444,6 km/h?
Para validar un récord de velocidad, un deportivo no solo tiene que alcanzar esa velocidad, y que esta sea verificada con dispositivos de medición perfectamente calibrados.
En una prueba de velocidad máxima, y más a estas velocidades, factores que a priori pueden parecer una pequeña ventaja, como la dirección y la velocidad del viento, o la inclinación de la pista, pueden jugar a tu favor. De ahí que la validación de un récord – y según el Guinness World Records – exija, entre otras cosas, que se verifique la velocidad en un mismo recorrido, de ida y vuelta. El resultado final es una media aritmética entre las velocidades máximas conseguidas en uno y otro sentido, de manera que factores como el viento, o la inclinación del terreno, jamás juegan a tu favor, y como mucho podrían perjudicar un buen tiempo.