Koenigsegg quiere dejar de ser un fabricante de nicho, pasando de las decenas de coches al año, a la ambiciosa meta de fabricar miles de coches anualmente. Y para conseguirlo, Koenigsegg ha fichado a uno de los grandes responsables de fabricación de Tesla, una directivo clave en el crecimiento de Tesla en cifras de producción y expansión de su gama. Así, Koenigsegg comienza su gran reinvención fijándose en el modelo aplicado por Tesla para conseguir multiplicar la producción de coches.
Si hay algo que no se le puede reprochar a Tesla, es que ha conseguido su ambiciosos objetivos de producción, teniendo en estos momentos 4 coches diferentes que están siendo producidos en serie en diferentes partes del mundo (USA, China y próximamente Alemania). Con sus más y sus menos, pero hablando de miles de unidades producidas de forma mensual. Y es por esta razón por la que Koenigsegg se ha fijado en el modelo aplicado por Tesla, pues además Koenigsegg hace especial hincapié en la forma en que se ha producido ese crecimiento teniendo en cuenta que hablamos de coches eléctricos y que la propia Tesla controla la fabricación de las baterías.
Con el lanzamiento del Regera, y más aún con el Gemera, Koenigsegg confirmó un plan de reinvención de la marca en pos de dar un nuevo enfoque a su portfolio. Aunque se mantiene el negocio centrado en los megadeportivos con el Jesko al frente, el fabricante sueco quiere ampliar su gama hacia abajo para contar con más modelos, con diferentes enfoques y a precios más «asequibles». El nuevo mercado de los hiperdeportivos, donde marcas como Ferrari, Lamborghini, Mercedes-AMG, Aston Martin o McLaren se han introducido, es lo suficientemente apetecible como para que Koenigsegg tenga su propia alternativa.
Así, el Gemera ha sido el primer gran paso de Koenigsegg en este sentido, creando un GT de 4 plazas reales, híbrido enchufable, con producción de 300 unidades y un precio de compra «inferior» (1,7 millones de euros). ¿El siguiente paso? Fabricar un nuevo modelo capaz de sobrepasar las 1.000 unidades y, casi con toda probabilidad, 100% eléctrico gracias a una nueva generación de propulsores y baterías desarrollados con su socio Rimac.
Para conseguirlo, Koenigsegg ha fichado a al exdirectivo de Tesla Evan Horetsky, uno de los máximos responsables en los planes de industrialización y expansión de Tesla a nivel global. El objetivo es establecer una plan estratégico en el que Koenigsegg puede reconvertir sus líneas de producción, manteniendo las actuales en Ängelholm (Suecia), pero transformándolas para poder ofrecer suficiente capacidad como para fabricar varios coches de forma simultánea y con ritmos de fabricación muchísimo más altos que los actuales. En estos momentos Koenigsegg apenas produce decenas de unidades al año, por lo que el salto al que se enfrenta es realmente importante.
Fuente: AutoNews
