Llevábamos años esperando a que Mazda se pronunciase sobre el futuro de los motores rotativos y por fin, en el salón del automóvil de París, lo ha hecho, aunque no cómo esperábamos. Todos estábamos ansiosos por conocer un sucesor del Mazda RX-8, sin embargo Mazda ha confirmado el regreso del motor rotativo como complemento de un más eficiente motor eléctrico. De este modo, en 2020 regresará el motor por excelencia de Mazda, aunque lo hará dejando en el tintero su idea original, ese concepto de propulsor diseñado para un deportivo diferente que creó escuela con regímenes por encima de las 8.000 vueltas.
Si recopilara todos los rumores, leyendas, teorías y pseudoconfirmaciones en relación al motor rotativo desde su cese en 2012 este artículo se convertiría en una enciclopedia. Desde la propia Mazda han coqueteado con la idea del regreso de los motores rotativos en infinidad de ocasiones, confirmando no solo la continuación del proyecto para pulir las particularidades de esta mecánica, sino la idea de llevar al mercado un coche deportivo que estuviese animado por esta motorización.
Y finalmente nada de eso ocurrirá. Sí, Mazda volverá a fabricar motores rotativos, pero tal y como se venía especulando desde hace años, su regreso solo puede defenderse bajo el papel de un extensor de autonomía que permita generar electricidad para suplir las carencias de autonomía del futuro primer coche eléctrico de Mazda. Y lo mejor de todo es que la apuesta por el regreso del motor rotativo de esta guisa no sólo es interesante, sino que muy lógica, pues precísamente en ese papel es donde el motor rotativo hará valer sus mayores ventajas: tamaño compacto, muy bajo peso, simplicidad mecánica y trabajo a régimen constante para ofrecer un consumo razonable. De esta forma Mazda tiene todas las papeletas para poner en el mercado el mejor sistema de propulsión eléctrica de autonomía extendida.
Pero… ¿qué sucede con la visión pasional del motor rotativo? Definitivamente Mazda se ha rendido con el desarrollo de un nuevo motor rotativo de combustión interna como única planta motriz. Han sido muchas las ocasiones en las que la marca y muchos de sus ingenieros han alertado sobre las dificultades en tanto al desarrollo de esta mecánica, trabajando con innovaciones como el encendido guiado por láser, con el uso de combustibles alternativos, nuevos materiales, diferentes sistemas de aspiración e inyección, etc. Un sinfín de fórmulas e ideas que no han conseguido el objetivo de Mazda con este motor, mejorar su eficiencia sin disparar los costes. Las cada vez más exigentes normativas anticontaminación no han puesto sino más piedras en el camino para la creación de una nueva generación del motor Renesis, pues el principal caballo de batalla de los ingenieros para con el motor rotativo ha sido siempre luchar contra su apetito voraz que inevitablemente conlleva unas emisiones muy altas.
¿Esconde Mazda un «As» en la manga?
La última esperanza sobre un sucesor para el Mazda RX-8 con motor rotativo la descubrimos hace tan solo unos meses cuando mulas de la marca con chasis y carrocería del RX-8 fueron cazadas en los alrededores de Nürburgring. Ahí volvía a surgir la chispa sobre ese posible nuevo deportivo con motor rotativo, un motor que se sabía que había sido probado en diferentes especificaciones para un posible retorno al mercado bajo el nombre Skyactiv-R y que esas mismas mulas ya instalaban. Pero no. Mazda cierra la puerta al regreso de los motores rotativos como único motor de propulsión, centrando todos sus esfuerzos en convertirlo en el mejor extensor de autonomía posible para 2020. Sin embargo, y esto es importante subrayarlo, Mazda se ha guardado para sí toda información en relación a esas mulas avistadas, dejando en el aire no solo si en el futuro veremos un deportivo que cubra el vacío dejado por la saga RX – con o sin motor rotativo , sino si el programa de desarrollo del motor rotativo se centrará en exclusiva en el extensor de autonomía o, de forma paralela, seguirá experimentando con nuevas tecnologías para quizá algún día dar una alegría a los fans del Wankel.
En definitiva, y aunque la esperanza es lo último que se pierde, volver a ver una receta como las de los Mazda RX-7 o RX-8 está más difícil que nunca.