A pesar de la agitación que se ha vivido en las últimas semanas en el ámbito político, con la campaña electoral, el trabajo de la Dirección General de Tráfico ha proseguido ajeno a las elecciones y, sobre todo, centrado en los dispositivos de seguridad necesarios en época de tantos movimientos en carretera como la Semana Santa, y el Puente de Mayo. De entre todas las campañas que se están llevando a cabo, destacan una serie de acciones con las que la Dirección General de Tráfico quiere desmentir los mitos de los radares y la velocidad, recordando que esta sigue siendo un factor de riesgo en los accidentes de tráfico.
Tráfico desmiente los mitos sobre los radares y la velocidad
La Dirección General de Tráfico, por ejemplo, quiere destacar que la reducción de los límites de velocidad y los radares responden a criterios de seguridad, y en ningún caso a un afán recaudatorio. Mucho nos tememos que, después de la cantidad de situaciones que hemos visto en los últimos años, con radares fijos en zonas que, en apariencia, no son peligrosas, o la elección de puntos de control para instalar radares camuflados, la DGT necesitará algo más que acciones en redes sociales para acabar con esta idea.
A la espera de la conformación del nuevo Gobierno, todo apunta a que la DGT seguirá manteniendo su dirección y el rumbo que ya había iniciado en la anterior legislatura. Y que saldrán adelante nuevas medidas relativas a los límites de velocidad, como la reducción de los límites a 90 km/h en convencionales.
Tráfico también ha recordado cómo la velocidad aumenta los riesgos de lesión, algo obvio, y cómo las cifras sobre accidentes de tráfico y la influencia de la velocidad se obtienen desde fuentes ajenas a Tráfico, esencialmente de los atestados que se elaboran para desentrañar las causas de un accidente. Ver publicación en la revista de la DGT.
La DGT también se está esforzando por desmentir que la reducción de límites de velocidad aumente la densidad del tráfico, o que pueda generar fatiga en el conductor y, a la postre, ser más peligroso.
Siempre hemos pensado que la única forma de concienciar a los conductores pasa por el rigor y la transparencia en los métodos del control del tráfico. No hay nada que haga más daño que transmitir la imagen de que los radares son recaudatorios. Y, por supuesto, esperamos que Tráfico siga considerando tan prioritarias otras campañas, como las referentes a las distracciones, o el alcohol, como aquellas en las que vigila y conciencia sobre los riesgos de una velocidad excesiva.