El aluvión de coches chinos baratos que hemos visto en los últimos meses y la cuestionable respuesta de los fabricantes europeos subiendo precios y apostando por un reposicionamiento de marca, presagiaba un futuro muy oscuro para la industria automovilística europea. Sin embargo Citroën acaba de demostrar que no todo está perdido frente a China pues, aprovechando la renovación del Citroën C3, ha dado a conocer la fórmula no tan secreta para plantar cara a los coches chinos y hacerlo además a un precio verdaderamente asequible para los compradores. Toda una lección de la que deberían tomar nota el resto de fabricantes europeos.
Competir con la oleada de coches chinos baratos que está revolucionando al mercado parecía tarea imposible, o eso es por lo menos lo que muchas firmas europeas nos habían dicho y repetido hasta la saciedad. Sin embargo Citroën acaba de demostrar que no sólo es posible, sino que es una realidad ya a día de hoy, pues hace tan solo unas horas han presentado una nueva generación del Citroën C3 cuyo único objetivo es evitar la fuga de clientes hacia los coches chinos que están aterrizando en nuestro territorio.
Citroën C3 y ë-C3
El producto con el que quieren convencer a los compradores europeos para que sigan comprando un coche de una firma europea y fabricado en Europa (Francia y Eslovaquia respectivamente), se trata de un B-SUV con 4,01 metros de largo que basa su planteamiento en conseguir una sobresaliente relación calidad/precio, poniendo el foco obviamente en la reducción de costes, pero también en una receta sencilla que deja los elementos superfluos a un lado. Sí, esta receta nos puede recordar bastante a la estrategia de Dacia, pero en materia de eléctricos ni siquiera el Dacia Spring había conseguido hasta la fecha un producto tan convincente.
Ningún eléctrico ofrece más por menos dinero
El primer elemento de reclamo del Citroën C3 eléctrico es por supuesto su precio, pues el precio objetivo de este coche es de 23.800 euros antes de ayudas, lo que en caso de aplicar las ayudas del plan MOVES dejaría el precio final en unos muy interesantes 17.000 euros (aprox.), llevándonos a casa un vehículo eléctrico con 113 CV de potencia, batería LFP de 44 kWh, recarga de 11 kW (AC) y 100 kW (DC) y una autonomía de hasta 320 Km bajo ciclo WLTP. En la actualidad, miremos donde miremos en el mercado, no hay ningún eléctrico que ofrezca más por menos dinero.
Pero la jugada de Citroën no termina aquí, pues en aras de «romper» el mercado europeo y apuntar directamente a esos clientes que buscan un segundo coche para hacer únicamente desplazamientos urbanos y/o ajustar todavía más el precio, en 2025 veremos llegar un Citroën ë-C3 todavía más barato (20.490 euros antes de ayudas) que hará uso de una batería de menor capacidad para homologar 200 Km de autonomía WLTP.
Así las cosas, Citroën ha demostrado que sí se puede competir con los coches chinos con un producto competitivo fabricado en Europa, que obviamente emplea una plataforma modesta (CMP Smart Car) y que no ofrece grandes florituras en equipamiento o calidad de materiales, pero que al fin y al cabo consigue mejorar la propuesta del Dacia Spring, un coche que hasta ahora era nuestra mejor arma en relación calidad/precio. De este modo Citroën pone algo de cordura en la electrificación del parque móvil europeo, demostrando que competir con China es posible y lo hace además con un coche eléctrico que sí pueden pagar el grueso de compradores.
El Citroën ë-C3 le sacará mucha ventaja a sus rivales europeos
A futuro, la jugada de Citroën se prevé que sea replicada por otros modelos como el Fiat Panda, el Renault 5 o el Volkswagen ID.2, pero lo cierto es que si tenemos en cuenta las fechas previstas de comercialización para estos modelos, Citroën ha sabido jugar muy bien con los tiempos para convertirse en la primera firma en abanderar este revulsivo, confirmando que en 2024 ya podremos tener en las calles al nuevo Citroën ë-C3 y así adelantar por bastante a todos sus rivales europeos.