El Lamborghini Aventador puede ser ya considerado como un viejo conocido, especialmente al percatarnos de que lleva con nosotros ni más ni menos que once años. Es una larga y buena vida para un superdeportivo que, sin ton ni son, ha conseguido ser todo un éxito entre modelos que han seguido evolucinando. Sin embargo, los de Sant’Agata Bolognese ya habían preparado su final con el Aventador Ultimae. ¿El problema? Que todo apunta a que en el carguero que ha ardido en mitad del Atlántico transportaba las últimas unidades del Lamborghini Aventador, lo que obligaría a la marca a reactivar su línea de producción pese a que ya estaba cerrada.
El barco transportaba cerca de 4.000 vehículos del Grupo Volkswagen, entre los que se encontraban varias unidades del Urus, Huracán y Aventador. De todas ellas, se estima que hubiese varios Lamborghini Aventador Ultimae, o lo que es lo mismo, la última edición especial del superdeportivo italiano ideada para marcar su punto y final.
El final que nadie quería para el Lamborghini Aventador
Además de los 135 millones de euros que costará al grupo alemán las pérdidas provocadas por el incendio, sus filiales tendrán que hacerle llegar un vehículo igualmente a sus clientes o devolverles el dinero. Mientras tanto, Automotive News ha podido hablar con Andrea Baldi, CEO de Lamborghini América, quien ha aportado declaraciones sobre lo sucedido.
«Aún no conocemos el resultado de esta tragedia», afirmaba Baldi, «estamos esperando al comunicado oficial para conocer la gravedad de los daños.» No obstante, el CEO de Lamborghini América ha tomado las medidas pertinentes al informar a los concesionarios de lo ocurrido para que estos se pongan en contacto con los clientes, buscando que se hagan a la idea que muy probablemente su coche haya sido calcinado por las llamas.
Pese a que Lamborghini tiene esperanzas en que los coches se hayan salvado también se ponen en lo peor. Y es que, en caso de que todas las unidades estén dañadas o destruidas, se pone en juego la posibilidad de abrir de nuevo las rotativas y producir las unidades correspondientes del Lamborghini Aventador para cubrir los pedidos de sus clientes.
Más allá de ello, también existen las conjeturas de que, en caso de que no se puedan recuperar bajo ningún concepto los Aventador que viajaban en el carguero, a aquellos que ya habían pagado por el superdeportivo italiano se les ofrecerá la posibilidad de ser los primeros en recibir una unidad del sucesor del Aventador.
Y es que, sin lugar a dudas, va a resultar difícil cubrir el hueco que dejan esos hipotéticos Aventador destruidos y su exultante V12 atmosférico de 780 CV, a excepción de hacerlo con su sustituto, su V12 supuestamente híbrido y todas las novedades que aportará. Sea como fuere, estas preocupaciones ya no solo se extienden a aquellos que habían comprado un Aventador, un Urus o un Huracán que se encontraba dentro del barco, ya que todo va más allá.
Concretamente, junto a los Lamborghini que han podido ser devastados por las llamas, se encontraban 1.110 Porsche y 189 Bentley. También debemos tener en cuenta el resto de filiales del consorcio alemán que hayan empleado el barco para el transporte de vehículos, tales como Volkswagen o Audi.