Comprar un Lamborghini Aventador exige un desembolso mínimo de 422.290 euros. Construirlo tú mismo requiere una inversión de unos 97.000 euros: sí, sigue siendo una cifra muy alejada para el bolsillo del común de los mortales… pero si tienes cierta solvencia y ganas, la diferencia merece la pena y te empuja a ensuciarte las manos. Eso es lo que debió pensar Steinar Thyholdt que con madera, recambios y un fregadero de Ikea, ha construido su propio Lamborghini Aventador.
Cuenta Norsk Rikskringkasting (NRK), la corporación de radiodifusión pública de Noruega, la historia de este hombre que se quedó prendado de los coches de Sant’Agata Bolognese cuando vio, por primera vez, la película ‘The Cannonball Run’ (‘Los locos del Cannonball’). Treinta años después ha cumplido el deseo que entonces nació: tener su propio Lamborghini Aventador. Y, además, puede presumir de haberlo construido con sus propias manos.
Bulgaria, México, Estados Unidos, Tailandia…
Ha necesitado, para ello, siete años, 5.000 horas en el garaje de su casa y toda una ‘tournée’ mundial para conseguir las piezas y elementos necesarios. Comenzó con un marco de madera que soldó con acero y un BMW 750, que llegó desde Alemania con doce cilindros bajo su capó que reutilizaría para su Lamborghini Aventador. El chasis fue cosa de otro amante de la marca italiana al que conoció en México.
Hasta allí se fue en busca de piezas: lo mismo que hizo en Bulgaria, Estados Unidos o Tailandia: poco a poco consiguió la caja de cambios de un Audi A8, las ventanillas de un Volvo V70 o los embellecedores de un Volkswagen. Su objetivo era evitar, en la medida de lo posible, piezas oficiales de Lamborghini para que los costes no se disparasen… pero finalmente tuvo que recurrir a algunas de ellas (los faros y el parabrisas, por ejemplo) para conservar la esencia del diseño original.
Y, de repente, llega Ikea
Otros componentes fueron más complicados de conseguir, tanto es así que Steinar Thyholdt tuvo que fabricarlos él mismo. Fue lo que le ocurrió con el sistema de escape. Todo un reto, como él mismo confiesa, para el que empleó un fregadero de Ikea y otro que encontró en una tienda de segunda mano: tras desmontarlos pudo crear los conductos.
Aunque este noruego sigue trabajando en su Lamborghini porque le gustaría que fuera más rápido y los badenes siguen siendo elementos difíciles de afrontar, el pasado mes de agosto pudo cumplir un sueño que nació hace treinta años: llevar a cabo el primer trayecto a bordo de su propio Aventador. Si sentís curiosidad (o si os habéis animado a imitarle) podéis seguir su historia a través de su cuenta de Instagram: stethy_aventador_builder.
Imágenes: stethy_aventador_builder