En el lejano Salón de París del año 2008, y ante el asombro de prensa y público, Lamborghini presentaba uno de los coches más espectaculares de sus últimas décadas. El Lamborghini Estoque era un prototipo muy cercano a la producción en serie, un coche que anticipaba la futura superberlina de la marca italiana. Un coche que desgraciadamente nunca llegó a producirse en serie, y que a día de hoy, sigue teniendo un diseño tan vigente como impresionante. ¿Qué ocurrió? ¿Hubo «órdenes de equipo» involucradas en la decisión?
Como nos cuenta un reciente vídeo de Drive Tribe, mucho me temo que ese fue el caso. En 2008, la crisis financiera global estaba asolando el mundo y todas las marcas de coches tenían sus alarmas encendidas. Eran tiempos de paralización de grandes proyectos y planes de futuro. Por aquél entonces, Porsche estaba desarrollando el Panamera y su llegada al mercado era cercana. La junta directiva del Grupo Volkswagen dio prioridad al Porsche Panamera y el Lamborghini Estoque quedó aparcado en la nevera. Pero no aparcado en el congelador: aún había esperanza.
La segunda oportunidad del Lamborghini Estoque tuvo lugar en el año 2010. Lamborghini sufrió una caída de ventas del 18% en el año 2009, y de nuevo, acudió a las altas esferas del Grupo Volkswagen con el objetivo de solicitar permiso y fondos para lanzar el Estoque. Stephan Winkelmann, entonces CEO de Lamborghini, no logró que el Estoque recibiera los fondos necesarios. Volkswagen le asignó una partida presupuestaria para «analizar su viabilidad» y ese dinero, en sus palabras, nunca llegó a depositarse. Una callada por respuesta, en plata.
Y fue una verdadera lástima, pues Lamborghini tenía una clara hoja de ruta para lanzar el Estoque en el año 2012. De hecho, el prototipo presentado en 2008 en París ya era un coche muy cercano a la producción en serie. Y era una máquina que aún hoy en día sigue siendo arrebatadora. Con 5,15 metros de largo, dos metros de ancho y 1,35 metros de altura, su silueta y sus proporciones rayaban la perfección. Sus códigos de estilo se acercaban a los del Lamborghini Reventón, con superficies angulosas y llamativas tomas de aire frontales.
Ópticas escuetas, líneas limpias y muchísimo músculo. El paso de rueda trasero era especialmente lúbrico, con unas llantas de hasta 23 pulgadas de diámetro. Dos escapes centrales emanaban la melodía emitida por el motor 5.2 V10 del Lamborghini Gallardo LP560-4. Este V10 de 560 CV estaba asociado a una caja de cambios de doble embrague y siete relaciones. Los lazos con Audi eran patentes en el bastidor del vehículo y su sistema de tracción total permanente: empleaba una versión modificada del spaceframe de aluminio del Audi A8 de la época.
Su interior de cuatro plazas estaba diseñado para transportar de forma cómoda a cuatro adultos y su equipaje, y estaba construido con materiales de altísima calidad y tecnología de última hornada. El éxito comercial del Porsche Panamera posiblemente tuvo que ver en la cancelación del proyecto del Lamborghini Estoque: el Grupo Volkswagen no quería que ambos coches se canibalizasen, y menos en un contexto económico difícil. Años después llegaría el Lamborghini Urus, un revulsivo para Lamborghini construido en torno a arquitecturas del Grupo Volkswagen.
La receta del Estoque habría funcionado, no me cabe duda alguno. Y posiblemente hubiera transformado profundamente a Lamborghini – tal y como lo ha hecho el Urus doblando las ventas anuales de la marca.