Se cumplen 50 años desde el Salón del Automóvil de Turín de 1970 en el que se presentó un modelo tan mítico como el Lancia Stratos, pero también otro deportivo italiano no tan conocido, el Lamborghini Urraco, un coupé 2+2 con motor central trasero que se posicionaba como el escalón de entrada a la gama Lamborghini y que jugando la baza de un menor precio aspiraba a atraer a los potenciales clientes de los Maserati Merak y Ferrari Dino. Así pues, y por si te lo estabas preguntando, su nombre hace honor a los toros que poseen pelo blanco y negro, igual que las urracas.
El diseño del Urraco es obra de Marcelo Gandini
A finales de los años 60 Lamborghini contaba en su gama con un asombroso Miura, un superdeportivo con un motor V12 que partía en los 350 CV de la versión básica, y que como es lógico, no toda la clase pudiente de la época podía permitírselo. Así pues, fue el propio Ferruccio Lamborghini quien introdujo la idea de crear un modelo más accesible, con un propulsor V8 más económico y con un sistema de producción menos artesanal y más industrial. De esta forma, podemos decir que el Urraco es el precursor de los modelos de acceso del fabricante italiano, como el más reciente Lamborghino Gallardo o el actual Lamborghini Huracán.
Para llevar a cabo el diseño de aquel proyecto se confió de nuevo en Carrozzeria Bertone y en el lápiz de Marcello Gandini, creador de otros iconos como el mencionado Miura, el Alfa Romeo Montreal o el Lancia Stratos con el que comenzábamos este artículo, entre otros muchos. Así, Gandini dibujo un deportivo 2+2 de motor central trasero y 4,25 metros de longitud con un interior relativamente amplio para tratarse de un coche de ese tipo.
Con motor V8 central trasero de hasta 265 CV
La parte técnica del Urraco recayó en el ingeniero Paolo Stanzani, director técnico de la compañía de Sant’Agata Bolognese por aquel entonces. Stanzani recurrió a una suspensión independiente McPherson en ambos ejes, así como a un compacto motor V8 de giro rápido con 2,5 litros de cilindrada que rendía 220 CV a 7.800 r.p.m., suficientes para alcanzar los 245 km/h y firmar un 0 a 100 km/h en 6,9 segundos. Además, este motor presentaba importantes novedades técnicas, como el uso de un sólo árbol de levas en cabeza, además de una cámara de combustión tipo «Herón» alojada en la cabeza del pistón, lo cual permitía fabricar una culata prácticamente plana y conseguir una mayor relación de compresión sin aumentar significativamente los costes de manufactura.
A ese motor, correspondiente a la versión P250 (P de posteriore -donde iba colocado el motor- y 250 por la cilindrada) que se produjo entre 1970 y 1976 se les unió en el 1974 los P200 y P300, con el mismo V8 pero con diferentes cilindradas. Así, el P200 de 1.994 cc y 184 CV fue principalmente destinado al mercado italiano para esquivar la presión fiscal a la que eran sometidos los vehículos más potentes, y el P300 con 265 CV como versión más prestacional.