Hablar del ADN de Lamborghini es hacerlo de su V12: Aquel motor de doce cilindros que, durante casi sesenta años de historia ha impulsado modelos icónicos, no sólo forjó los cimientos de la marca. Se convirtió, también, en un símbolo de innovación tecnológica, visión e ingeniería. Hoy os contamos la historia del nacimiento del V12, de Bizzarrini y de su contrato con un bonus por cada 10 caballos extra.
Desde 1964, momento de su concepción, el V12 de Lamborghini V12 ha sido todo un referente por su elasticidad, fiabilidad, durabilidad y par motor. Permaneció en producción hasta la década de los noventa con modificaciones mínimas: fue entonces cuando pasó a tener siete litros de cilindrada y una potencia de más de 500 CV antes de recibir modificaciones estructurales más sustanciales. En 2023 arrancará su fase híbrida y por ello, la marca italiana ha querido rendirle homenaje.
15 CV más de lo previsto
Lo ha hecho a través de los coches que, en sus entrañas, han llevado ese V12. El primero fue el Lamborghini 350 GT y para diseñar el ‘core’ de aquel vehículo, Ferruccio Lamborghini eligió a Giotto Bizzarrini: uno de los mejores ingenieros de motores que han existido. La casa italiana le hizo la siguiente petición: un motor V12 con una cilindrada de 3.5 litros y una potencia mínima de 350 CV. Para asegurarse de ello, el bueno de Ferruccio incluyó en el contrato un bonus por cada 10 caballos adicionales que tuviera el bloque.
En julio de 1963, el Lamborghini 350 GT llegó, por primera vez, al banco de pruebas y comprobaron que Bizzarrini había cumplido: el V12 desarrollaba 365 CV a 9000 rpm. Ferruccio pagó la bonificación por la potencia adicional, pero se dio cuenta de que aquel coche no era adecuado para el uso en carretera y la producción en serie. Su autor soñaba con construir un motor para la Fórmula Uno y acabó creando un motor de F1 para un coche de calle.
Civilizar aquel V12
Paolo Stanzani, uno de los ingenieros más respetados de Lamborghini, recogió el relevo con el encargo de ‘civilizar’ aquel V12: terminó entregando 280 CV a 6500 rpm. Una cifra suficiente para impulsar al Lamborghini 350 GT, que alcanzaba una velocidad máxima de más de 250 km/h. Mantuvo tanto las especificaciones técnicas básicas como el rendimiento del motor logrando, así, que fuera fácil de manejar, incluso, a medias y bajas revoluciones.
Aquel Lamborghini 350 GT fue para Giampiero Giusti, el batería del grupo ‘I 5 di Lucca’ que, después, se convertiría en el ‘Quartetto di Lucca’: uno de los conjuntos de jazz más importantes de Italia. Una unidad que fue restaurada y certificada por Polo Storico para convertirse en el Lamborghini de producción más antiguo que existe.