En julio de 2021 Renault anunció que mostraría el prototipo del nuevo Renault 5 en el Salón de Múnich de aquel año. Y, desde entonces, a los seguidores del mundo del motor nos ha recordado una y otra vez la inminente llegada de la que sería la tercera generación del icono que en 2022 cumplió 50 años. Casi a mediados de 2024, con el lanzamiento inminente, no ha parado de recordarlo – un esfuerzo de marketing del que varios fabricantes, entre los que se encuentran en estado incipiente en Europa, quizás deben tomar nota.
Miles de ojos puestos en el Renault 5 por varias razones
El Renault 5 supone la llegada de un eléctrico ‘barato’ (si bien para la versión de carga rápida nos acercamos a los 30.000 euros) que debería suponer una solución atractiva para el público, sobre todo el más urbanita con más acceso a redes de carga pero hagan viajes ocasionales. Un coche compacto, con el tren delantero del Clio y suspensión trasera independiente sobre el que gira toda una estrategia de marketing. A priori, tiene todos los ingredientes para que sea un éxito comercial, con miles de ojos puestos en él.
Renault 5
Y no es para menos, pues es la gran apuesta de Renault – es decir, debe salir bien. Si es así y las ventas acompañan a este esfuerzo, la marca del rombo capitaneada por Luca de Meo habrá dado en el clavo al ofrecer un coche eléctrico de estas características. Es un paso muy importante para la electrificación en el mercado europeo. En cambio, si no fuera el caso y el público sigue acudiendo a la combustión, puede potencialmente reorientar los objetivos de todo el sector.
El caso es, si estás leyendo estas líneas, muy posiblemente ya sabías de la llegada del Renault 5. Otros fabricantes, en cambio, no han realizado ese esfuerzo de marketing – más bien se han dedicado a sacar modelos al mercado, sin ‘construir la personalidad’ del mismo, esperando a que el público acudiera a ellos simplemente por el hecho de existir. Se trata de una tónica que se ha visto con varias marcas de origen o capital chino, aunque también ha ocurrido en menor medida con marcas europeas de larga tradición.
Se incluyen aquí esos casos de denominaciones confusas o simples números para nombrar al modelo y situarlos en la gama – lo cual es irónico si tomamos como referencia precisamente al Renault 5. Cierto es que Renault (quien además puede realizar una campaña de tal calibre) toma la ventaja de partir de un modelo icónico, de una referencia de sobras conocida por el público, pero es la ejecución en términos de marketing en lo que poco se les puede achacar. Algunas marcas orientales, de reciente llegada a España, están captando la idea.
Crear la necesidad para atraer al cliente
Para vender un coche, no basta sólo con una buena mecánica, un precio suculento o unas líneas atractivas acordes a los gustos y tendencias del momento en el que sale al mercado. Crear el deseo, la necesidad, es algo sencillo pero esencial, algo que la marca francesa ha entendido y ejecutado de maravilla.